Barahona, la belleza del sur
Cortesía de lugaresymas.com (FOTO CORTESIA DE HECTOR SOTO)
Barahona
Al sur de la República Dominicana se encuentra una de las zonas costeras más hermosas de todo el país y uno de los pocos lugares donde se conjugan playas, montañas y ríos. Un lugar perfecto para vivir momentos inolvidables.
Es la zona de mayor biodiversidad del país y donde se dan los más pronunciados contrastes en la naturaleza. ¿Dónde más puede uno pasar de un desierto a un frondoso bosque de pinos en menos de media hora de recorrido? Pues en Barahona, Bahoruco y Pedernales, donde encontramos ejemplos como el Hoyo de Pelempito, la Laguna de Oviedo y Cachote.
Y es que la también conocida como “la Perla del Sur” ofrece un paisaje único y espectacular en toda su extensión. De un lado la exuberante vegetación de la selva tropical de la Sierra de Bahoruco y del otro las playas que se asoman al agua azul turquesa del mar Caribe y que se encuentran entre las más espectaculares del país, como son San Rafael, Paraíso, Los Patos, el Quemaíto y Saladilla. La de San Rafael tiene fuertes olas y es de las más concurridas, mientras el Quemaíto es una playa con aguas cálidas y suave arena blanca cubierta por una inmensa montaña verde a la margen de un hermoso cocotal. Aunque aparentemente puede parecer una región pequeña, lo cierto es que la zona cuenta con un listado de bellezas innumerables y hay varias rutas de exploración con diversidad de actividades para disfrutar.
Vamos, que son necesarias tres o cuatro noches para poder conocer sus principales atractivos.
Entre esas visitas de interés no hay que perderse el Lago Enriquillo, la atracción más emblemática de todo el suroeste, con su gran población de cocodrilos americanos, iguanas y flamencos; la Carretera Panorámica, que enlaza las playas y vistas de la costa con el intenso verdor y la vegetación de las montañas; el mirador de Santa Elena; Villa Miriam, una casa privada con una cascada represada que forma varias piscinas y cuyas frías aguas relajan el cuerpo; las minas de Larimar; la Laguna de Rincón o Cabral, ideal para la observación de aves; el valle Monta de Polo con sus plantaciones de café; fi estas patronales como el famoso Carnaval de las Cachúas de Cabral; el Maniel viejo y el nuevo, lugares donde se refugiaron los negros esclavos o cimarrones, y la comunidad del Naranjo, donde los establecieron después de la sublevación, con sus famosos altares mágico-religiosos; y las minas de sal y yeso.
Otra de las atracciones más populares es el Polo Magnético, ubicado en el tramo que une los poblados de las Auyamas y Polo. En ese punto es posible ver cómo un automóvil sube misteriosamente una cuesta con el motor apagado y sin que nadie lo empuje.
Además, en Pedernales hay que visitar el Hoyo de Pelempito, una impresionante depresión geológica dentro de la sierra de Neiba; y las playas de Cabo Rojo y la ya famosa playa Bahía de las
Águilas, probablemente la más hermosa de todas las del país. También hay vistas espectaculares desde la sierra de Bahoruco, conformada por grandes montañas que se asoman al mar. Contemplar la inmensidad azul desde dentro es una experiencia de sensaciones inigualable y especial.
La zona entera es propicia para el senderismo, montar a caballo, acampar, realizar expediciones en las montañas o el mar y explorar las reservas de la biosfera local, que cuenta con alrededor de 130 tipos de aves, de los cuales 76 viven de manera permanente en la Bahía, 10 son endémicas y 47 migratorias. Y a esto hay que sumar sus playas escondidas, bosques tropicales, lagunas de agua salada y piscinas naturales de aguas frías y termales.
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Cortesía de lugaresymas.com (FOTO CORTESIA DE HECTOR SOTO)
Barahona
Al sur de la República Dominicana se encuentra una de las zonas costeras más hermosas de todo el país y uno de los pocos lugares donde se conjugan playas, montañas y ríos. Un lugar perfecto para vivir momentos inolvidables.
Es la zona de mayor biodiversidad del país y donde se dan los más pronunciados contrastes en la naturaleza. ¿Dónde más puede uno pasar de un desierto a un frondoso bosque de pinos en menos de media hora de recorrido? Pues en Barahona, Bahoruco y Pedernales, donde encontramos ejemplos como el Hoyo de Pelempito, la Laguna de Oviedo y Cachote.
Y es que la también conocida como “la Perla del Sur” ofrece un paisaje único y espectacular en toda su extensión. De un lado la exuberante vegetación de la selva tropical de la Sierra de Bahoruco y del otro las playas que se asoman al agua azul turquesa del mar Caribe y que se encuentran entre las más espectaculares del país, como son San Rafael, Paraíso, Los Patos, el Quemaíto y Saladilla. La de San Rafael tiene fuertes olas y es de las más concurridas, mientras el Quemaíto es una playa con aguas cálidas y suave arena blanca cubierta por una inmensa montaña verde a la margen de un hermoso cocotal. Aunque aparentemente puede parecer una región pequeña, lo cierto es que la zona cuenta con un listado de bellezas innumerables y hay varias rutas de exploración con diversidad de actividades para disfrutar.
Vamos, que son necesarias tres o cuatro noches para poder conocer sus principales atractivos.
Entre esas visitas de interés no hay que perderse el Lago Enriquillo, la atracción más emblemática de todo el suroeste, con su gran población de cocodrilos americanos, iguanas y flamencos; la Carretera Panorámica, que enlaza las playas y vistas de la costa con el intenso verdor y la vegetación de las montañas; el mirador de Santa Elena; Villa Miriam, una casa privada con una cascada represada que forma varias piscinas y cuyas frías aguas relajan el cuerpo; las minas de Larimar; la Laguna de Rincón o Cabral, ideal para la observación de aves; el valle Monta de Polo con sus plantaciones de café; fi estas patronales como el famoso Carnaval de las Cachúas de Cabral; el Maniel viejo y el nuevo, lugares donde se refugiaron los negros esclavos o cimarrones, y la comunidad del Naranjo, donde los establecieron después de la sublevación, con sus famosos altares mágico-religiosos; y las minas de sal y yeso.
Otra de las atracciones más populares es el Polo Magnético, ubicado en el tramo que une los poblados de las Auyamas y Polo. En ese punto es posible ver cómo un automóvil sube misteriosamente una cuesta con el motor apagado y sin que nadie lo empuje.
Además, en Pedernales hay que visitar el Hoyo de Pelempito, una impresionante depresión geológica dentro de la sierra de Neiba; y las playas de Cabo Rojo y la ya famosa playa Bahía de las
Águilas, probablemente la más hermosa de todas las del país. También hay vistas espectaculares desde la sierra de Bahoruco, conformada por grandes montañas que se asoman al mar. Contemplar la inmensidad azul desde dentro es una experiencia de sensaciones inigualable y especial.
La zona entera es propicia para el senderismo, montar a caballo, acampar, realizar expediciones en las montañas o el mar y explorar las reservas de la biosfera local, que cuenta con alrededor de 130 tipos de aves, de los cuales 76 viven de manera permanente en la Bahía, 10 son endémicas y 47 migratorias. Y a esto hay que sumar sus playas escondidas, bosques tropicales, lagunas de agua salada y piscinas naturales de aguas frías y termales.
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