Lima, 5 oct (EFE).- América Latina y el Caribe tendrán una “baja moderada” en su proyección inicial de crecimiento, que ahora será de 4,5 % en 2011 y 4 % en 2012, según las proyecciones del Panorama Económico Regional presentado hoy en Lima por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las cifras de crecimiento de Latinoamérica son ligeramente menores a las cifras que presentó el FMI en abril pasado, cuando estimó un 4,7 % para 2011 y un 4,2 para 2012. El nuevo informe ofrece una revisión de la situación de Estados Unidos, que el FMI prevé que tendrá un crecimiento de 1,5 % en 2011, un punto porcentual menos que en las proyecciones de abril, y de 1,8 % en 2012.
Destaca, además, que la recuperación de EE.UU. ha perdido ímpetu, debido a factores transitorios como el consumo privado menor de lo previsto por la fragilidad en los balances de los hogares y un nivel de desempleo persistentemente alto.
Al respecto, indica que las políticas tienen que encontrar un equilibrio justo entre apoyar la recuperación a corto plazo y restablecer la sostenibilidad de la deuda pública a mediano plazo.
El organismo también proyecta que las economías avanzadas crecerán tan solo 1,5 % en 2011 y apenas por debajo de 2 % en 2012, en tanto que las economías emergentes, encabezadas por los países del Asia, crecerán en torno al 6,5 % en 2011.
Al referirse a las economías de Latinoamérica, señala que estas crecieron a un ritmo promedio de 5 % en el primer semestre de 2011, lideradas por los países exportadores de materias primas, como Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay, que además tuvieron unas condiciones de financiación externa favorables, resaltó el FMI.
Sin embargo, Latinoamérica se enfrenta ahora a una situación de “vientos de doble cola”, a pesar de la liquidez global y los altos precios de las materias primas, advirtió el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre.
“Estamos en un territorio muy confortable (por lo altos precios de materias como el cobre), pero vamos a vivir ánimos muy cambiantes en el mercado de los metales”, alertó Eyzaguirre.
Según el experto, existe el riesgo de que, en el corto plazo, Europa no pueda contener la crisis financiera por falta de un acuerdo político y esta situación elevaría los costos de financiación bancaria a niveles “prohibitivos”.
Además, una fuerte desaceleración en Asia podría afectar aún más a los precios de las materias primas, lo que tendría un efecto negativo en los exportadores latinoamericanos.
“Si las materias primas caen (esto) tiene un efecto importante en la región, de una caída de dos puntos del producto interno bruto en promedio, pero que puede llegar a seis puntos porcentuales, lo cual depende de las políticas macroeconómicas que se apliquen”, acotó Eyzaguirre.
No obstante, las perspectivas para México y América Central son un poco menos alentadoras por sus fuertes vínculos con Estados Unidos, por el alto flujo del turismo y de remesas.
“Las prioridades deberían centrarse en reducir la deuda pública a los niveles previos a la crisis”, señaló el informe, para después añadir que la política monetaria tendría un papel más activo en el manejo del ciclo en aquellos países con marcos de inflación creíbles.
Eyzaguirre dijo que América Latina debería “mantener el rumbo actual de sus políticas económicas, lo que incluye una política monetaria ágil, continuar reconstituyendo sus reservas fiscales y estar listos para hacer ajustes si los vientos globales cambian”.
Respecto a China, uno de los mayores socios comerciales de la región, el experto indicó que ese país podrá sustituir un menor dinamismo de las exportaciones con una mayor inversión pública.
Pero lo que sí es cierto es que “la recuperación de Estados Unidos y Europa va a ser extraordinariamente lenta”, apuntó.
“Una crisis sostenida de confianza en Europa por la situación de la deuda soberana y los mercados financieros podría generar un corto circuito en el funcionamiento de los mercados mundiales de crédito y dar lugar a una frenada brusca del comercio exterior y del financiamiento bancario” similar a la observada tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008, indicó el Panorama Regional.
Entre sus recomendaciones para América Latina y el Caribe, el FMI sugirió usar la política monetaria en aquellos países donde exista suficiente credibilidad en su sistema financiero y reconstruir sus defensas fiscales.
Además, aplicar una adecuada flexibilidad cambiaria y acompañar estas medidas con políticas “macro prudenciales”, entre las cuales se puede considerar el endurecimiento de ciertas políticas sobre manejo de riesgos. EFE
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