Gremios de la Comunicación y sus posibilidades
Por: Carlos J. Vidal Lassis
“La necesidad de practicar un estilo de periodismo diferente proponiendo una manera novedosa de elaborar, ordenar y difundir la información relativa a conflictos y crisis internacionales”.
Por supuesto que locales también, “Siendo sus objetivos: contribuir a la resolución pacífica de los mismos y encauzar los procesos de sensibilización necesarios que prevengan escenarios similares en un futuro“. Además,” mediante una serie de herramientas para anticiparse a los hechos, explicar su contexto y trasmitirlos a la ciudadanía con rigor, esta corriente periodística va más allá de la denuncia, intentando hacer visibles a los actores que aportan propuestas y soluciones pacíficas a estos problemas”.
Reconozco la tendencia al alineamiento con el nuevo concepto de “Periodismo Preventivo”, Este apasionante enfoque del mundo del periodismo nos provoca curiosidad y el interés de conocer y de ser posible difundir las técnicas que permitirían aportar y contribuir a disminuir las injusticias, así como advertir las soluciones a conflictos y necesidades. El libro “Periodismo Preventivo” de Javier Bernabé de “La Catarata”, nos podría ayudar en ese sentido.
Es precisamente dentro de ese enfoque que intentamos presentar ideas que contribuirían al mejoramiento de los gremios profesionales de la comunicación.
Los impases, conflictos y abusos que se verifican entre los propietarios de los medios y los profesionales, que laboran para ellos, además de los que se originan entre estos últimos, las graves faltas a la ética profesional, la falta de objetividad, la parcializaciones políticas y/o partidarias, la desprotección de beneficios básicos de salud , desempleo y no acceso a viviendas dignas, incluyendo la no disponibilidad e indefinición de un retiro adecuado, son las agravantes consecuencias de la no regulación de la práctica profesional y la falta de compromiso y cumplimiento con el gremio y los criterios éticos que le deben gobernar.
Desde un punto de vista funcionalista, se puede alegar que esta condición de los gremios es un resultado natural e inevitable de cualquier tipo de sistema social u organizacional que va desarrollándose y evolucionado con la practica misma, y que no necesariamente tiene que ser malo, sino que más bien tiene el potencial para ser una fuerza positiva que determine el desempeño y el éxito del gremio.
Teniendo una percepción moldeada por las recientes discusiones y sus “características típicas locales”, entendemos que sería apropiado que los gremios consideren adoptar una perspectiva más bien interaccionista.
Ángulo que propone no solo que “el conflicto puede ser una fuerza positiva en un equipo”, si no que plantea de manera explícita que “cierto nivel de conflicto es absolutamente necesario para que un equipo se desempeñe con eficacia.” Entonces el punto de vista interaccionista justifica “estimular el conflicto sobre la base de que un equipo armonioso, apacible y cooperador es propenso a volverse estático, apático y sin capacidad de respuesta a las necesidades de cambio e innovación”.
Esta visión funcional consiste en alentar a los líderes de equipos y organizaciones a mantener un nivel mínimo y continuo de conflicto, lo suficiente como para mantener el gremio viable, con autocrítica y creatividad. Por lo que se confirma que no hay conflictos totalmente buenos ni totalmente malos.
Finalmente, se está produciendo una confluencia teórica entre los modelos de conflicto y la visión de integración favoreciendo de esta forma, que el recurso humano, la capacidad innovadora, la creatividad, la capacidad de romper pautas y parámetros establecidos puedan ser los factores de éxito de las organizaciones del siglo XXI.
Se trata de rediseñar la vida de las organizaciones a fin de dar amplio cauce a la actividad liberadora y expresiva del ser humano, tal como lo afirma Tom Peters en Liberation Management, The Circle Of Innovation y Work Matters.