FUERA DE CÁMARA
Hipólito siembra más división con su hija Carolina
César Medina
Lobarnechea1@hotmail.com/Tomado de Listin Diario
Tres días después de las elecciones del
20 de mayo, a horas de que Hipólito Mejía denunciara que perdió por
fraude pero que asumía el liderazgo de la oposición, aparecieron en las
redes sociales unos anuncios promocionando a su hija Carolina como
candidata presidencial en el 2016.
Al lado de la señora Mejía aparece una
foto de Luis Abinader, es decir, se está anunciando la fórmula electoral
pepehachista para dentro de cuatro años. Pero es casi seguro que a
Abinader no se le consultó para semejante desatino porque seguro no
habría dado su consentimiento.
¿Pero cómo, si acaba de despertar de una larga pesadilla como candidato vicepresidencial de Hipólito?
Dicen que Luis Abinader fue el primer
sorprendido con la promoción de la señora Mejía como candidata
presidencial. Primero porque con mucha lógica y toda la razón considera
que si Hipólito lo seleccionó como su compañero de fórmula electoral en
las pasadas elecciones, lo estaba colocando a la cabeza de la línea
sucesoral de esa candidatura.
Pero, más aún: ¿Cuáles méritos
políticos, dentro o fuera del partido, tiene esa señora para pretender
ser candidata presidencial del PRD? ¿Está ella inscrita en ese partido?
¿A cuáles organismos del PRD ha pertenecido? ¿Qué ha hecho ella fuera de
recaudar dinero para las candidaturas de su padre?
Su aparición la pasada semana al frente
de un grupo de personas-- que decían ser perredeístas-- depositando una
ofrenda floral ante un busto de Peña Gómez en la Casa Nacional del PRD,
ha provocado todo tipo de conjeturas.
¿Por qué no fue Hipólito quien encabezó
esa comisión? ¿Qué mensaje se estaba enviando con la presencia de esa
señora en la sede perredeísta? ¿Hasta dónde pudo haber llegado esa
provocación?
Reacciones en su grupo
El protagonismo que se está dando a la
hija mayor de Hipólito Mejía después de las elecciones está provocando
grandes preocupaciones a lo interno del grupo dentro del PRD que se
aventuró a provocar la división de ese partido el mismo 22 de mayo,
cuando el candidato perdedor habló al país 48 horas después de los
comicios para denunciar irregularidades y decir que se colocaba al
frente de la oposición política.
Justo 24 horas después de esas
declaraciones del candidato derrotado, y tras comenzar a aparecer en las
redes sociales las promociones de la señora Carolina Mejía, se alborotó
el avispero en el sector pepehachista del PRD.
Los primeros en protestar por lo que
entienden “una afrenta inaceptable” fueron los seguidores de Abinader,
quien desde entonces hace lo necesario para no aparecer en ninguna
actividad donde esté Hipólito Mejía, no acude a las reuniones de la
dirección usurpada del partido ni se aventura a dar declaraciones a la
prensa en ningún sentido.
Pero mucho más irritados con estos
afanes electorales a destiempo están algunos de los llamados “viejos
robles” perredeístas, la mayoría de los cuales han venido apoyando a
Mejía de forma coyuntural en esta pugna por el control del partido que
mantiene frente a Miguel Vargas.
Amigos y allegados de Hugo Tolentino y
Milagros Ortiz, por ejemplo, critican que mientras el PRD navega en
estos momentos por “mares tempestuosos” debido a la inminente división,
aparezcan desaprensivos proyectando ahora la candidatura de una persona
sin ningún arraigo en ese partido y cuya única credencial es ser hija de
una controversial figura derrotada dos veces y protagonista de los
conflictos internos más costosos sufridos por esa organización política
en los últimos años.
La provocación
Sin duda la presencia de ese grupo encabezado por la señora Mejía en la Casa Nacional del PRD constituyó una provocación.
Todo lo tenían previsto para cuando se
tratara de impedir su acceso al área de parqueo de la sede perredeísta.
Fotógrafos, camarógrafos y periodistas de todos los medios habían sido
convocados. Tenían lista hasta una nota que difundirían por las redes
sociales. Y hasta llegaron a hacerlo denunciando “el atropello” contra
una dama, por demás hija de Hipólito Mejía.
La idea era que el comandante Jaime
Cruz, al frente de la seguridad de la Casa Nacional, les impidiera
entrar. Y entonces el grupo lo haría a la mala, al estilo ¡entren ‘tó!
que protagonizó Alburquerque frente a la Liga en el 1998.
Y como saben que Jaime Cruz-- comandante de los rolitas del 65-- es capaz de cualquier cosa cumpliendo orden de su líder...
Claro, no estaría allí el señor Hipólito
Mejía, a quien hay que mantener libre de todo mal. Pero sí su hija
mayor, CarolinaÖ “La candidata del 2016”.
¡Cuántos sueños locos!