PELICULA WATERLOO!
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Waterloo fue la madre de las batallas y la humillación del genio militar de Napoleón Bonaparte ante las tropas inglesas, alemanas y holandesas.
Batalla de Waterloo/Tomado de Wikipedia
Batalla de Waterloo | |||
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Parte de las Guerras Napoleónicas, los Cien Días | |||
La Batalla de Waterloo, óleo de William Sadler. |
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Fecha | 18 de junio de 1815 | ||
Lugar | Cerca de Waterloo (Bélgica) | ||
Resultado | Victoria decisiva aliada.
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Beligerantes | |||
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Comandantes | |||
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Fuerzas en combate | |||
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Batalla de Waterloo (francés: watɛʁ'lo), combate librado entre el ejército francés comandado por el emperador Napoleón Bonaparte frente a las tropas británicas, holandesas y alemanas dirigidas por el duque de Wellington y el ejército prusiano del Mariscal de Campo Gebhard Leberecht von Blücher, cerca de la ciudad de Waterloo (Bélgica), el 18 de junio de 1815.
Tras la vuelta del Emperador de su exilio en la isla de Elba, y al reunirse la Séptima Coalición contra él, Napoleón decide invadir los Países Bajos donde se están reuniendo tropas de la Coalición. Se enmarca dentro de los denominados Cien Días (véanse las Guerras Napoleónicas).
Se considera como parte de la Campaña de Waterloo todos los combates
que van desde los primeros encuentros entre las tropas francesas con los
destacamentos prusianos el 15 de junio,
hasta la retirada final del ejército francés el día 18. Incluyendo
dentro de su contexto los combates librados en el pueblo de Ligny, en
Quatre Bras, Wavre y el monte Saint-Jean (que ha venido denominándose
también como Waterloo).
Tropas desplegadas en las batallas de la Campaña de 1815
Durante los combates de Ligny, a lo largo de un frente de 11 kilómetros, participaron en el bando francés 80.000
soldados y 210 cañones, las bajas estimadas fueron de 11.500 (14%). Los
prusianos desplegaron 84.000 soldados y 224 cañones, las bajas
estimadas fueron de 25.000 (30%).1
En Quatre Bras, un frente de unos 5 kilómetros, el bando francés contó con 24.000 soldados y entre 60 y 92 cañones y, las bajas estimadas fueron de 4.000 (17%). Las tropas aliadas que participaron en los combates fueron 36.000 soldados y 42 cañones, de las cuales se calcula un total de 4.800 bajas.
Durante la jornada de Mt. Saint Jean (Waterloo),
en un frente de unos 8 kilómetros, los franceses contaron con 72.000
efectivos y 246 cañones y se estima un total de 41.000 bajas (57%). En
el bando aliado participaron hasta 140.000 (inicialmente 68.000)
soldados y 200 cañones (inicialmente 156) y, las bajas estimadas fueron
22.000 (16%). En Wavre, un frente de unos 5 kilómetros, las tropas francesas
se componían de 33.000 soldados y 80 cañones y las bajas estimadas
fueron de 2.500 (7,5%). Las fuerzas prusianas fueron de 17.000 soldados y
48 cañones y las bajas fueron unas 2.500 (14,5%).
El total de tropas que participaron fue de 122.721 y 366 cañones por
parte de los franceses; 117.000 prusianos y 296 cañones, más 110.000
aliados y 222 cañones. Las bajas totales (incluyendo desertores,
prisioneros y heridos graves) fueron para los franceses de unas 60.000 y
para los aliados unas 55.000.2
Fuerzas de Napoleón: Armée du Nord (Ejército del Norte)
La organización inicial (según David Chandler) del Armée du Nord
durante la Campaña de Waterloo (Total 122.721 hombres: Infantería
89.000; caballería 22.100; 9.090 artilleros con 366 cañones; Ingenieros,
etc 1.978 y 553 en el Estado Mayor) fue la siguiente:
- Ala derecha: Mariscal Emmanuel de Grouchy, después reemplazado por Guillermo De La Colonialè
- Tercer cuerpo (17.150 con 38 cañones): General conde Dominique Vandamme
- Cuarto cuerpo (15.700 con 38 cañones) General conde Maurice Étienne Gérard
- Ala izquierda: Mariscal Michel Ney
- Primer cuerpo (20.950 con 46 cañones): General Jean-Baptiste Drouet, conde D'Erlon
- Segundo cuerpo (25.100 con 46 cañones): General conde Honoré Charles Reille
- Reserva: Emperador Napoleón I
- Guardia Imperial (20.278 con 118 cañones): Mariscal Édouard Adolphe Casimir Joseph Mortier, General Antoine Drouot
- Sexto cuerpo (10.300 con 32 cañones): General Georges Mounton, conde de Lobau
- Reserva de caballería: Mariscal Emmanuel de Grouchy
- Primer cuerpo de caballería (3.100 con 12 cañones): General conde Pierre Claude Pajol
- Segundo cuerpo de caballería (3.290 con 12 cañones): General conde Rémy Joseph Isidore Exelmans
- Tercer cuerpo de caballería (3.700 con 12 cañones): General Francois Étienne Kellermann, conde de Valmy
- Cuarto cuerpo de caballería (3.000 con 12 cañones): General conde Édouard Jean Baptiste Milhaud
Ejército de mariscal Blücher
El ejército prusiano se organizó de la siguiente forma:
- Primer cuerpo: Teniente General Hans Ernst Karl von Ziethen
- Segundo cuerpo: Mayor General Georg Dubislaw Ludwig von Pirch
- Tercer cuerpo: Teniente General Barón Johann Adolf von Thielmann
- Cuarto cuerpo: Teniente General Barón Friedrich Wilhelm Graf Bülow von Dennewitz
Además, el Teniente General Friedrich von Kleist comandaba una fuerza de 25.000 prusianos cerca de Mosela.
Ejército de Wellington (Ejército Aliado)
El ejército de Wellington, una fuerza multinacional de 68.000
hombres (25.000 británicos, 17.000 belgas y holandeses, 10.000
hanoverianos, 7.000 hombres de Brunswick, 6.000 hombres de la King's
German Legion -Real Legión Alemana- y 3.000 hombres de Nassau; la
distribución en armas se componían de más de 50,000 infantes, 11.000
jinetes y 6.000 artilleros con 150 cañones), estaba organizado del
siguiente modo:
- Primer cuerpo: Príncipe Guillermo VII de Orange -futuro Guillermo II de los Países Bajos-(dos divisiones británicas, una belga y otra holandesa).
- Segundo cuerpo: Teniente general Lord Rowland Hill (dos divisiones británicas, una aliada, más una brigada adicional belga-holandesa.
- Reserva: Duque de Wellington (dos divisiones británicas, el cuerpo de Brunswick y el contingente de Nassau).
- Contingente adicional: Henry William Paget, 1er marqués de Anglesey, Lord Uxbridge (una unidad de caballería pesada y de artillería).
Causas de la batalla
El 26 de febrero de 1815 Napoleón huye de la isla de Elba donde estaba exiliado. El 13 de marzo, al enterarse de la noticia, se reúne de nuevo el Congreso de Viena donde se le declara proscrito y se decide reunir nuevamente una alianza para capturarle, quedando así formada la Séptima Coalición.
Una semana después Napoleón llega a París donde recibe de nuevo el
apoyo del pueblo y acuden a él todos los oficiales y soldados de la
Grande Armée. Ante la situación Luis XVIII se marcha y Napoleón se proclama por segunda vez emperador.
La nueva coalición formada por Austria, Rusia, Gran Bretaña y Prusia
empieza a desplegarse en los Países Bajos, que es cuando Napoleón decide
atacar, consciente de la necesidad de detenerles antes de que vuelvan a
unirse todos los ejércitos. El 12 de junio se dispone a dinamitar la
coalición y tomar Bruselas.
La invasión de los Países Bajos
La principal causa por la que Napoleón optó por una estrategia
ofensiva, fue por los posibles efectos que un éxito repentino podría
producir. Por un lado una victoria aplastante podría atraer de golpe la
opinión pública francesa a la causa de Napoleón y hacer que se viniese
abajo la determinación de la coalición. Por otra parte la derrota de los
aliados atraería con toda seguridad una revolución a su favor en
Bélgica, donde tenía muchos partidarios, que sería a su vez una nueva
fuente de reclutas. Además del declive militar de Wellington que podría
atraer el gobierno tory de lord Liverpool
en un gobierno que tal vez sería más proclive a firmar la paz. Y por
último, podría aprovechar para concentrar un ejército para hacer frente a
los austriacos y los rusos.
Pero lo que inclinó la balanza definitivamente era la sabida
existencia de discrepancias políticas entre Inglaterra y Prusia. De
hecho, debido a estas diferencias, cada uno de los ejércitos tenía sus
propias rutas de suministros en lugar de una compartida. La ruta de los
aliados partía de Bruselas, pasando por Ninove y Alost, hasta llegar a Ostende
y la Manche. La de los prusianos salía de Lieja y se adentraba en
Alemania central. Un ataque repentino podía obligar a uno de los bandos a
retirarse siguiendo su propia línea de comunicación. Si Napoleón
aprovechaba la brecha que los separaba, que en un principio era ya de 75
kilómetros (distancia entre ambos cuarteles generales), podría aislar a
cualquiera de los dos y atacarlos por separado, pues era claro que
ninguno de los dos ejércitos por separado sería capaz de valerse contra
la poderosa Armée du Nord: un ejército rápido, poderoso, con unas tropas
experimentadas y con sed de venganza, y dirigidas por el que ha sido
uno de los mejores estrategas de la Historia.
Las tropas francesas empezaron a movilizarse el 6 de junio y prácticamente ya habían tomado posiciones el 14 de junio.
Primeros movimientos
A las 15:00 del día 15 el Tercer Cuerpo llega a Charleroi,
donde se encuentran las tropas de Ziethen. Debido a un error en el
despliegue del Tercer Cuerpo, la caballería de pantalla de Pajol carece
de apoyo en esta localidad, por lo que el emperador se ve obligado a
acudir él mismo con un destacamento de la Guardia para expulsar a los
prusianos de la ciudad y garantizar el control de los puentes del
Sambre.
Mientras, el cuarto cuerpo que había sido desviado hacia los puentes
de Châelet, sufre un imprevisto: el general que iba en cabeza, Bourmont, deserta, sembrando la duda y la confusión en el batallón.
Por otra parte, esa misma mañana la columna de Reille, la única que
alcanzó su posición sin retrasos en el cruce de Marienne (a las nueve de
la mañana), se topó con los destacamentos de Ziethen, que opusieron tal
resistencia que no fueron desalojados hasta mediodía.
De tal modo, a pesar de los retrasos y algunos inconvenientes,
durante la tarde del 15 de junio prácticamente todas las tropas
francesas ocupan ya sus posiciones prefijadas.
A Wellington le sorprendieron estos hechos cuando estaba en un baile junto con otros oficiales en Bruselas. Un mensajero le dio la noticia de la invasión de Napoleón y rápidamente tuvo que reunir a sus oficiales y marchar al campo de batalla.
Quatre Bras y Ligny
En la aldea de Quatre Bras se producen las primeras refriegas entre
las tropas de Wellington y las del Mariscal Ney. Esta localidad estaba
comunicada por una carretera con la aldea de Ligny a la que acudieron
los prusianos, con Blücher a la cabeza. El resultado de ambos combates
se saldó con una retirada de los ingleses en Quatre Bras y una retirada
prusiana de Ligny.
Asimismo, las órdenes ambiguas de Napoleón el 17 de junio
a su subordinado el Mariscal Grouchy de perseguir a los prusianos con
30.000 hombres contribuyeron eventualmente a la derrota de Napoleón.
Grouchy, no siendo un madrugador, empezó la persecución tarde el 17 y el 18. El 18,
con el ala derecha del Ejército del Norte, reforzado con un cuerpo de
caballería, ignoró el consejo de Gérard de «marchar al sonido de los
cañones» y se enfrentó a la retaguardia prusiana bajo el mando del
Teniente-General Barón von Thielmann en la Batalla de Wavre.
En la noche del 17 al 18,
el ejército prusiano fue reforzado con la llegada del IV Cuerpo bajo el
mando del Teniente General von Dennewitz, que no había estado presente
en Ligny.
Después de la derrota prusiana en Ligny, la posición de Wellington en
Quatre Bras se había convertido en insostenible. En un lluvioso día 17, Wellington retiró su ejército a la posición previamente reconocida de Waterloo,
seguido por el ala izquierda del Ejército Francés del Norte bajo el
mando del mariscal Ney. Napoleón se unió a Ney con la mayoría del
Ejército de Reserva que (con el ala derecha del Ejército del Norte)
había derrotado a los prusianos en Ligny.
Waterloo y Wavre
La última fase de la batalla se inicia a las 11:30, cerca de
Waterloo, donde Wellington responde al ataque frontal de Napoleón,
mientras espera a los prusianos, que avanzan lentos a causa de la
lluvia. Durante esa decisiva mañana los dos comandantes principales
dieron arengas a los suyos y repartieron ginebra, galletas y carne, caso de Wellington, y coñac, caso de Napoleón, el cual estaba en mal estado por una cistitis.
Por otra parte, a las 16.00, en Wavre, Grouchy persigue a los prusianos
que habían huido y no puede socorrer a las diezmadas fuerzas de
Napoleón.
En Waterloo, Wellington tenía la granja fortificada de Hougoumont
anclando su flanco derecho, y varias otras granjas a su izquierda.
Napoleón notó este gran problema antes incluso de que la batalla
comenzase. Sin estar seguro de la situación del ejército prusiano desde
la lucha en Ligny dos días antes, Napoleón estaba totalmente convencido
de la necesidad de empezar el asalto a las posiciones de Wellington con
el arma más temida de la época, la artillería de campo francesa. Su
entrada en fuego fue retrasada por unas horas hasta que el suelo
empapado por la tormenta de la noche anterior se hubiese secado lo
suficiente para soportar el peso de las armas. El barro también estorbó a
la infantería y la caballería mientras se colocaban en posición. Cuando
finalmente la artillería francesa abrió fuego sobre las posiciones de
Wellington a las 11:35, el esperado impacto en las tropas aliadas fue
minimizado por el terreno embarrado y blando que absorbía el impacto de
muchas de las dañinas balas de cañón. Además, Wellington había
desplegado a la mayoría del ejército aliado detrás de la cima, para
proteger a sus tropas de la esperada cortina de fuego.
Un elemento crucial del plan de batalla francés era atraer a la
reserva de Wellington al flanco derecho en defensa de Hougoumont, pero
los ataques a la granja no tuvieron éxito, aunque en un punto rompieron
la defensa exterior de ésta antes de ser rechazados. Hougoumont se
convirtió en una batalla dentro de otra, y a lo largo del día su defensa
continuó atrayendo miles de valiosas tropas francesas a un ataque sin
frutos mientras casi todas las reservas de Wellington continuaban en su
centro.
A las 13:30, Napoleón ordenó al Mariscal Ney enviar a la infantería de d'Erlon adelante contra el centro izquierda de Wellington, pasando al este de La Haye Sainte. El ataque se centró en la 1ª brigada belga-holandesa, comandado por el Mayor-General Willem Frederik van Bylandt, que era una de las pocas unidades posicionada en la parte delantera de las colinas. Jerome Bonaparte,
hermano de Napoleón, también estuvo presente en el ataque. Después de
sufrir un intenso bombardeo de artillería e intercambiar descargas con
los elementos avanzados de d'Erlon durante nueve minutos, los
sobrepasados en número soldados de Van Bylandt fueron forzados a
retirarse al otro lado de la colina entre las líneas de la división del
Teniente-General Thomas Picton. La división de Picton incluía unidades veteranas de la Campaña Peninsular, entre las que se encontraban los regimientos Highland,
algunos de los pocos que eran curtidos en combate y que permanecían con
el contingente británico de Wellington en Waterloo. La división de
Picton avanzó sobre la cima de la colina para enfrentarse a d'Erlon. Los
británicos fueron destrozados por descargas y contraataques, pero los
soldados de Picton permanecieron firmes, eventualmente deshaciendo el
ataque. El asalto francés fue finalmente rechazado por la caballería
pesada británica comandada por Lord Uxbridge y la famosa carga de los Scots Greys.
Tal espectacular evento tuvo un coste tan alto para la caballería
pesada que, colectivamente, jugaron un pequeño papel durante el resto de
la batalla. Picton no llevaba el equipaje militar puesto al haberse
extraviado y luchó con ropa de civil y usó como espada un paraguas;
murió en este enfrentamiento. Colin Hackett después de recibir varios balazos siguió agarrando la bandera de su regimiento hasta que murió.
Cuando inesperadamente Napoleón dejó el campo de batalla a las
primeras horas de la tarde, Ney, el lugarteniente de los franceses,
confundió una maniobra aliada para reposicionar sus tropas más atrás de
las colinas con una retirada general. Sin consultar, ordenó avanzar a un
regimiento, luego a otro, luego a otro, hasta que un masivo asalto de
unos 5.000 efectivos de caballería atronaba subiendo la pendiente. Los
ataques fueron repelidos repetidamente doce veces por los sólidos cuadros de infantería
aliados (cuatro filas de profundidad con la bayoneta calada,
vulnerables a la artillería o a la infantería pero mortales para la
caballería), el rápido fuego de la artillería británica obligó a la
caballería francesa a retroceder para reagruparse y los decisivos
contraataques de los regimientos de la Caballería Ligera británica y la
Brigada de Caballería pesada holandesa acabaron por desbaratar la
desordenada ofensiva imperial.
Última fase de la batalla y retirada francesa
Después de numerosos ataques a la sierra, la caballería francesa fue
efectivamente destrozada. Los prusianos estaban enfrentándose ya al
flanco derecho del Ejército Imperial cuando La Haye Sainte
cayó a los franceses al principio de la tarde. Con el centro de
Wellington expuesto, Napoleón empeñó su última reserva, la invencible Guardia Imperial.
Después de marchar a través de una niebla de balas y metralla, parecían
confiados en machacar a Wellington. Pero sin saberlo, 1.500 Guardias
Británicos bajo el mando del Mayor General Peregrine Maitland
estaban cuerpo a tierra para protegerse de la artillería francesa.
Levantándose todos a una, devastaron a la sorprendida Guardia Imperial
con descargas de fuego a quemarropa y después cargaron. La Guardia
Imperial, por primera vez en su historia, retrocedió en desorden y caos.
Wellington, juzgando que la retirada de la Guardia Imperial había desanimado a todos los soldados franceses que la habían visto, espoleó a Copenhagen, su caballo favorito, y ondeó su sombrero al aire como señal para un avance general.
Después del fracasado ataque de la Guardia al centro británico, la francesa Guardia Imperial corrió a por sus reservas de tres regimientos (algunas fuentes mencionan cuatro) al sur de La Haye Sainte para una última resistencia frente a los Hanoveranos (King's German Legion). Una carga de la brigada del Mayor General Frederick Adam y una segunda división anglo-aliada bajo el mando del Teniente General Sir Henry Clinton llevó a la confusión; aquellos que permanecían en unidades semi-coherentes lucharon y se retiraron hacia La Belle Alliance. Fue en este momento cuando el Coronel Hugh Halkett aceptó la rendición del General Pierre Cambronne. Fue probablemente durante la destrucción de uno de los semi-coherentes cuadros del área de La Haye Sainte hacia La Belle Alliance cuando la famosa respuesta a la petición de rendición fue pronunciada "¡Merde!...La Garde meurt, elle ne se rend pas!"[cita requerida], ¡Mierda!...¡La guardia muere, no se rinde!, dicha por el general Pierre Cambronne. Posteriormente este general se casó con una dama escocesa.
Casi al mismo tiempo, los prusianos, después de una batalla que había
durado una hora, finalmente arrojaron a los franceses fuera del pueblo
de Plancenoit, que estaba en el extremo (británico) izquierdo del campo de batalla. La última unidad en retroceder fue la Vieja Guardia de la Guardia Imperial, estacionada en la iglesia y el cementerio de Plancenoit.
Todo el frente francés empezó entonces a desintegrarse bajo el avance
general del ejército anglo-aliado y el ejército prusiano que siguió a
la captura de Plancenoit. La última fuerza francesa coherente fueron
regimientos de la Guardia Imperial estacionados alrededor de La Belle Alliance.
Eran una reserva final y una guardia personal de Napoleón. Durante un
momento Napoleón confió en que si se mantenían firmes el ejército
francés les seguiría. Pero cuando la retirada se convirtió en una fuga,
se vieron forzados a formar cuadros como protección frente a los
elementos avanzados de la caballería aliada. Formaron en dos cuadros,
uno a cada lado de La Belle Alliance. Hasta que fue persuadido de
que la batalla se había perdido y que debería partir, Napoleón comandó
el cuadro que se formó en el terreno elevado a la derecha (británica) de
la La Belle Alliance. Los prusianos se enfrentaron al cuadro de
la izquierda y la brigada del General Adams cargó contra el cuadro de la
derecha forzando la retirada. Según caía la oscuridad, ambos cuadros se
retiraron de la batalla hacia Francia en relativo buen orden, pero la
artillería francesa, y todo lo demás cayeron en las manos de los
británicos y los prusianos y se vieron rodeados por miles de franceses
que no formaban parte de ninguna unidad coherente. La caballería
británica y aliada persiguieron a los franceses hasta las 23:00. Los
prusianos les persiguieron toda la noche.
Desenlace
Aproximadamente a las 21:00, Wellington y Blücher se encontraron en el que anteriormente había sido cuartel de Napoleón La Belle Alliance,
habiendo capturado al mariscal Guillermo conde de la Colonialé,
significando el fin de la batalla. A las 21:30, Wellington empieza a
redactar su informe sobre la batalla. Las bajas fueron graves en los dos
bandos, lo que hizo pronunciar a Wellington al final de la lucha, al
ver el campo de batalla plagado de cuerpos inertes: "Al margen de una
batalla perdida, no hay nada más deprimente que una batalla ganada".
Consecuencias
Tras la victoria en Waterloo las tropas aliadas se adentran en
Francia en busca de Napoleón. El 1 de julio, Von Blücher ocupa
Versalles, el 8 de julio se restaura la corona de Luis XVIII y dos días más tarde, el 10 de julio, Napoleón se rinde. Será exiliado el 26 de julio en la isla de Santa Helena, situada en la mitad del Atlántico, donde morirá seis años después.
El sueño de Napoleón moría definitivamente, las fronteras se
restauraron volviendo al estado anterior. Pero el paso de la Gran Armée
por el continente dejó una doble huella, que en algunos casos como el de
España, tardaría sólo 5 años en explotar (con la revolución de 1820), y
fueron las ideas del liberalismo político y a su vez, de un sentimiento
nacionalista surgido, como reacción a la ocupación francesa en diversas
zonas del continente.
Los protagonistas
Napoleón Bonaparte
Napoleón I Bonaparte (1769-1821). El propio Wellington decía que la presencia de Napoleón en el campo de batalla
equivalía a 40.000 soldados. Este genio militar y su enorme capacidad
para actuar contundentemente e intuir lo que el enemigo iba a hacer, que
ya había derrotado a ejércitos más numerosos, no pudo ese 18 de junio
en la aldea belga de Mont-Saint-Jean, cerca de Waterloo, volver a
realizar la misma hazaña. Se cuenta que se mantuvo alejado de la línea
de batalla por estar enfermo. A pesar de todo, el ejército francés
estuvo a punto de alzarse con la victoria. Sólo en los momentos finales
de la batalla, cuando Blücher alcanzó las posiciones de Napoleón, se
decidió la suerte de Waterloo.
Wellington
Arthur Wellesley,
primer duque de Wellington (1760-1852), tenía en común con Napoleón esa
mezcla de militar y político, se ganó sus méritos luchando contra las
tropas napoleónicas en España, pero también consiguió recelos en la
península, pues le consideraban demasiado defensivo. No es casualidad
que la mayoría de sus victorias las consiguió gracias a tácticas
defensivas. Acostumbrado, o poco atrevido como dirían sus detractores, a
no lanzarse al ataque sin estar seguro de no perder, en Waterloo volvió
a mostrarse defensivo, motivo por el cual tardó en tomar la decisión de
atacar poniendo en peligro a los prusianos y a toda la batalla. Aun así
supo esperar su momento para lograr la victoria.
Von Blücher
Gebhard Leberecht von Blücher
(1742-1819), general prusiano, veterano de 72 años, admirado "soldado
entre soldados", que no temía estar en la línea de fuego. Resultó herido
y casi capturado por los franceses tras la última carga en Ligny, pero
no cejó su empeño hasta ver entrar a sus tropas en París.
Bando Aliado
Rebecque
El holandés Jean Victor de Constant Rebecque
(1773-1850), era jefe del Estado Mayor del Ejército Real de los Países
Bajos y ex-oficial de Napoleón. En un momento crítico del 16 de junio,
antes de los enfrentamientos de la batalla de Quatre Bras, decidió
desobedecer las órdenes de Wellington de retirarse del cruce estratégico
de Quatre Bras que comunicaba a ambos ejércitos. De haber obedecido, la
ocupación de este cruce por parte de las tropas francesas tal vez se
hubiese podido realizar y probablemente hubiera permitido el refuerzo
por parte de Ney a Napoleón en Ligny llevando a la derrota total de
Blücher como pretendía Napoleón.
Gneisenau
August Wilhem Anton Graf Neidhasrdt Gneisenau
(1760-1832), teniente general del ejército prusiano, tomó la crucial
decisión de mantener a sus tropas en contacto con las tropas
anglo-aliadas a pesar del fracaso de Ligny. A pesar de que nunca se fio
de las intenciones de Wellington, continuó siendo fiel a la idea de
mantenerse unidos.
Zieten
Wieprecht Hans Karl Friedrich Ernst Heinrich Graf von Zieten
(1770-1848), general prusiano, comandó el primer cuerpo del Ejército
prusiano, se destacó durante las jornadas clave del 15 y del 18 de
junio. Este último, contradiciendo las órdenes de Blücher decidió apoyar
el desmoronado flanco izquierdo de Wellington.
Bülow
General Fiedrich Wilhelm Graf Bülow
(1755-1816), junto con sus hombres fueron los primeros prusianos, a
pesar de contar con escasas fuerzas, en ayudar a las tropas de
Wellington durante el combate del 18 en Waterloo. A pesar de su carencia
de efectivos, por orden de Von Blücher quien le prometió refuerzos, se
movilizó rápidamente.
Bando francés
Grouchy
Emmanuel de Grouchy,
mariscal de campo que comandaba el ala derecha del Ejército, recibió la
orden de perseguir a los prusianos tras el combate en Ligny. Aunque les
alcanzó el 18 de junio y les venció, privó a Napoleón de 30.000
soldados. A pesar de ello no pudo evitar la unión del ejército prusiano a
las tropas de Wellington.
Ney
El mariscal Michel Ney
(1769-1815) lideró a las fuerzas francesas en Quatre Bras y comandó el
ala izquierda del Ejército. Durante el combate en Waterloo pidió más
tropas a Napoleón, pero éste le replicó diciéndole que a no ser que las
fabricase, de dónde esperaba que las sacase. Ney fue fusilado en París,
tras el regreso de Luis XVIII.
Nombre de la batalla
La batalla fue bautizada por el Duque de Wellington. Tras la victoria, al encontrarse éste y el mariscal Gebhard Leberecht von Blücher en lo que había sido el cuartel general de Napoleón, Blücher sugirió bautizarla con el nombre de dicho campamento, la Belle Alliance,
pero el duque insistió en mantener su propia tradición: las batallas
debían llevar el nombre donde él había pasado la vigilia, y este lugar
era Waterloo.
Por otra parte los franceses utilizaron en un principio para referirse a
la batalla; batalla de Mt. Saint Jean, y fue el apelativo que se le dio
en este país durante un tiempo. Finalmente el hecho de que Waterloo
fuese más pronunciable para los anglosajones, así como la hegemonía
británica de los años posteriores a Waterloo hizo que ese sea el nombre
con el que ha pasado a la posteridad.