Día 03/06/2013 - 23.19h/Tomado de ABC.ES
Con una extraña forma de «x», su resto de escombros mide casi tres veces la distancia de la Tierra a la Luna
Hubble
Al contrario que los cometas, los asteroides no suelen
tener cola, pero existen algunos que expelen polvo a medida que viajan a
toda velocidad por el espacio. Astrónomos han fotografiado uno de
ellos, la extraña roca denominada P/2010 A2, y han descubierto algo sorprendente. Su cola es mucho más larga de lo que se creía hasta ahora. Mide un millón de kilómetros de longitud, casi tres veces la distancia que existe entre la Tierra y la Luna.
Las imágenes, que fueron tomadas con una nueva cámara
óptica de gran campo del telescopio WIYN, de 3,5 metros, en el
Observatorio Nacional de Kitt Peak en Arizona (EE.UU.), revelan una cola
gigantesca que se extiende más allá de los campos de visión del
instrumento.
El asteroide P/2010 A2 -llamado así por el año de su
descubrimiento- fue visto por primera vez por científicos de la NASA.
Imágenes del Hubble revelaron que tenía una estructura inusual. A
primera vista, el objeto, que se encuentra a más de cien millones de
kilómetros de la Tierra, parece un cometa, pero su núcleo está cortado
bruscamente en la parte trasera, lo que le da una forma de «x», un
aspecto muy extraño que los científicos no habían visto antes.
Probablemente, la roca sufrió una colisión con otra hace poco, unos tres
años y medio, según los científicos.
Corriente de meteoros
Este evento dio lugar a partículas o filamentos de polvo y
grava de pocos centímetros de que se distribuyen en una cola en forma de
tubo y que seguramente fueron expulsados por el núcleo del objeto, de
140 metros de diámetro. Dado que las órbitas de la Tierra están en el
mismo plano que estos desechos, se observa una línea o una estructura en
forma de cola. Con el tiempo, estas partículas, bajo la atracción
gravitatoria del Sol, formarán una corriente de meteoros alrededor de
nuestra estrella. Estas corrientes son lo que vemos como «estrellas
fugaces» cuando la Tierra las atraviesa. Los restos de eventos como
estos contribuyen a la nube de polvo, llamada halo zodiacal, que se extiende a lo largo de nuestro sistema solar.
Además, se da la circunstancia de que los científicos relacionan este asteroide con el grupo de rocas conocido como «familia Flora» del que surgió la que puso fin al reinado de los dinosaurios hace 65 millones de años.