miércoles, 26 de febrero de 2014

KILSSY MENDEZ! “Nos ladran Sancho, es señal de que estamos avanzando”

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Por: Kilssy Méndez/Tomado de Cuatriboliao.net
Para los que hemos cursado estudios básicos, es casi obligatorio conocer algunas cortas obras literarias de gran trascendencia para enriquecer nuestro vocabulario, expandir nuestros horizontes o por el simple hecho de adquirir aquellos conocimientos que nos ayudan a debatir algún tema en específico.


Muchos han sido mis escritores favoritos, sobre todo aquellas obras literarias que te enseñan cómo saber vivir y convivir, siendo quizás esta una de las enseñanzas con mayor importancia y la cual se obvia en los planes de estudios de escuelas y colegios, convirtiéndose la vida misma en el maestro encargado de enseñarnos a punta de errores y tropiezos ¿Cómo se debe vivir?, llegando finalmente a entender el verdadero significado de la vida cuando es muy tarde o nos queda muy poco tiempo.

“El Principito”, “El Coronel no tiene quien le escriba”, “María”, “El Rinoceronte”, “Crónicas de una muerte anunciada”, “Don Quijote de la Mancha”, son solo algunas de las más famosas y que alguna vez hemos leído, siendo esta última una de las preferidas en el gusto popular, por tener ese factor vivencial con el que nos vamos encontrando a lo largo de la difícil carrera de la vida.

“Nos ladran Sancho, señal de que estamos avanzando”; es una de las frases más icónicas de todos los tiempos y aunque esta no aparece en la obra escrita por Miguel de Cervantes, sino en la película “Don quijote de la mancha” producida en 1992 por Orson Welles, es una clara evidencia de como en la vida, cuando más ímpetu y aciertos hacia el éxito lleva nuestro andar, es cuando ladran con mayor furia nuestros adversarios.

Enemigos gratuitos llenos de tanta envidia y odio, que les es difícil acertar en proyectos personales y buscan a toda costa destruir con falsas pretensiones la iniciativa de progreso de los demás, bestias más llenas de tristezas por sus fracasos que de odio, o como lo diría Don Quijote: “Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias”; y no es tratando de detener las aspiraciones de los demás como la bestialidad de muchos se elimina, sino involucrándose en proyectos que hagan bien a la sociedad sin mirar a quien, porque solo así podrán ser reconocidos como tanto lo ansían, aunque “Nunca será un hombre más que otro, sino hace más que otro”.