miércoles, 26 de noviembre de 2025

OPERACIÓN KRAKEN: la red que movía droga desde Barahona hasta muelles en Boca Chica

Recibían la droga que entraba al país por Barahona y la movilizaban hasta los puertos. Destino. Exportaban a Puerto Rico, EE. UU., Canadá y Europa.

NACIONALES
 Teresa Casado Por Teresa Casado
Publicado: 26.11.2025
 Tiempo de lectura: 5 m/Tomado de ElDia
 Uno de los contenedores refrigerados utilizados por los integrantes de la red para importar drogas.  fuente externa
 
Santo Domingo.-La operación Kraken destapó el funcionamiento de una de las estructuras criminales más complejas y mejor insertadas en la cadena logística portuaria de República Dominicana, que desde 2015 está vinculada a la exportación de cargamentos de drogas a Puerto Rico, Estados Unidos, Canadá y Europa.

La investigación realizada por la Procuraduría Especializada Antilavado de Activos, la Dirección Nacional de Control de Drogas y la DEA identificó que la banda operaba principalmente en las regiones Este y Sur del país, aprovechando las costas remotas de Barahona como punto de entrada de grandes cargamentos de cocaína y otras sustancias controladas provenientes de Suramérica.

Una vez en territorio dominicano, los envíos eran trasladados por carretera hasta Boca Chica, donde la red tenía influencia entre empleados del puerto, empresas de seguridad, transportistas y operarios que trabajaban en la reparación de contenedores y el manejo de grúas.

Las evidencias reflejan que la mayoría de la droga movida por esa estructura pertenecía a otros grupos de narcotraficantes a los que les daban una especie de “servicios logístico del narcotráfico” y que la mercancía provenía de Suramérica, atravesando justo la ruta del mar Caribe que hoy está militarizada por Estados Unidos como parte de una movilización sin precedentes para contener el narcotráfico y presionar también al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, al que le atribuye encabezar el denominado “Cartel de los Soles”.

Parte de los miembros de la red del caso Kraken utilizaba las ganancias generadas por estas operaciones para adquirir vehículos de alto costo, propiedades, fincas y negocios que les permitían exhibir un estilo de vida próspero y dar apariencia de legalidad a recursos obtenidos de manera ilícita. Las inversiones en bienes raíces y compañías vinculadas a actividades comerciales o turísticas formaban parte del esquema de blanqueo que mantenía la organización.

Así operaba la banda
El modus operandi de la estructura, descrito en los documentos judiciales, revela una operación sistemática que dependía de la colaboración de empleados de distintas áreas del Puerto Multimodal Caucedo, desde seguridad hasta logística. La organización desarrolló varios métodos para garantizar que la droga y las personas que debían manipularla entraran y salieran sin mayores contratiempos.

Uno de los métodos más utilizados consistía en aprovechar al personal de seguridad, que recibían la droga fuera del puerto y la ingresaban utilizando sus propios vehículos o de las empresas para las que trabajaban. Debido a que las revisiones a ese personal eran menos rigurosas que al resto de los empleados, los cargamentos podían entrar sin mayores dificultades.

La banda también empleaba camiones equipados con caletas en los camarotes o zonas internas del vehículo. Estos compartimientos secretos permitían ocultar los paquetes sin que fueran detectados por inspecciones rutinarias. En ocasiones, los operadores de las máquinas de rayos X colaboraban directamente con la red, permitiendo que los camiones pasaran sin registrar anomalías.

El puerto también era vulnerado mediante la entrada de individuos que no pertenecían al personal autorizado. Estas personas se ocultaban dentro de las mismas caletas de los camiones o en contenedores vacíos de retorno que ingresaban al puerto luego de completar procesos de importación.

En zonas donde el perímetro carecía de cámaras, miembros de la red cruzaban a pie y permanecían escondidos en áreas solitarias hasta que un camionero vinculado a la banda los trasladaba al punto donde debían manipular o preparar la droga. La misma logística que permitía su entrada era utilizada para sacarlos del puerto sin ser detectados.

Una vez dentro de las instalaciones, los cargamentos se dirigían hacia el empty depot, un área conocida entre los empleados como “el desierto”. Ese espacio, donde se almacenan contenedores vacíos, servía como punto de encuentro y depósito temporal de la mercancía ilícita.

Desde allí, conductores de camiones o empleados del puerto movilizaban los paquetes hacia el contenedor que sería contaminado. En varios casos, los propios empleados seleccionaban el contenedor, abrían sus puertas y procedían a introducir la droga de forma discreta.

Clonación de precintos
El proceso incluía la clonación de los precintos de seguridad. Tras abrir el contenedor, los miembros de la red sustituían el sello original por uno falsificado que imitaba perfectamente el código, el color y la forma del precinto legítimo.

Esta técnica permitía que el contenedor aparentara no haber sido manipulado. Una vez contaminado y sellado con el precinto falso, la organización esperaba el momento preciso en que el contenedor debía ser embarcado. Las grúas RTG lo elevaban y colocaban sobre un camión interno, que lo trasladaba hasta el muelle. Allí, la grúa de pórtico lo cargaba al buque en la posición asignada dentro del plan de estiba.

Desde ese momento, la droga quedaba oficialmente en tránsito hacia los puertos de Puerto Rico, Miami, Nueva York, Halifax, Amberes o Rotterdam.

Logística y seguridad infiltradas
Operativo. Lo descubierto por la operación Kraken muestra que la organización criminal no operaba desde la clandestinidad absoluta, sino desde dentro del sistema de seguridad y operaciones del propio puerto, apoyándose en trabajadores, supervisores, camioneros y técnicos que conocían los puntos ciegos, los horarios vulnerables y las debilidades de seguridad del puerto.

El puerto de Caucedo, por su volumen de operaciones y su sofisticación tecnológica, se convirtió en el escenario ideal para “contaminar” contenedores sin levantar sospechas, lo que permitió que cargamentos pasaran inadvertidos durante años.

De ahí que el primer grupo de arrestados y procesados sean personas vinculadas a la seguridad y operaciones del muelle.