CRóNICA DEL PRESENTE
por Euclides Gutiérrez Félix/Tomado de Elnacional.com.do
información@elnacional.com
¡Cuidado!
El autor de esta columna ignora
hasta donde puede un representante, con investidura diplomática, del
gobierno de los Estados Unidos de América, inmiscuirse abierta y
agresivamente en la política nacional de un país, de cualquier otra
parte del mundo que no sea la República Dominicana. Ahora,
recientemente, en el almuerzo mensual que patrocina la Cámara Americana
de Comercio, el representante de más jerarquía de la misión diplomática
estadounidense en nuestro país, exhortó a empresarios y diferentes
personalidades presentes en ese acto, a enfrentar la corrupción “pública
y privada”, que afecta a la sociedad dominicana y que se ha extendido y
profundizado en los últimos veinte años, incluidos en ese período de
tiempo, los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana, tres de
los cuales han estado presidido por el compañero Leonel Fernández Reyna.
Llama la atención el
pronunciamiento y el llamamiento de este señor, porque estamos
convencidos que ningún funcionario de esa categoría se atrevería a dar
declaraciones de esa magnitud, si no está expresamente autorizado, para
hablar con la franqueza, desvestida de todo respeto, en un escenario
como en el que hizo su llamado que, en honor a la verdad, no carece de
fundamento; pero el representante diplomático llegó más lejos porque
señaló que “la corrupción funciona como un impuesto adicional,
haciéndole daño tanto a los ciudadanos como a las empresas, degradando
el clima de inversión y sofocando el crecimiento económico, y desalienta
a la inversión internacional directa”, y más adelante afirmó
categóricamente que “la corrupción, es el más grande acto de egoísmo y
es un robo a la sociedad”.
El diplomático estadounidense
invitó a denunciar y señalar por sus nombres, según se comenta en los
medios de comunicación, a todos los involucrados, funcionarios públicos,
empresarios u hombres de negocios, en esa conducta inaceptable y
bochornosa que afecta a todo el pueblo y que es un mal ejemplo que debe
ser combatido y denunciado, sin que sea necesario que la denuncia la
hagan extranjeros, no importa su nacionalidad o las funciones
diplomáticas que ejerce. Hace más de diez años, que el autor de esta
columna afirmó públicamente, aquí en este espacio de El Nacional, que en
los gobiernos del PLD, organización que ayudamos a fundar acompañando a
Juan Bosch, El Gran Maestro político de América, llamado por nosotros
“El presidente Moral, Eterno de la República”, se habían detectado actos
de corrupción ejecutados por compañeros que desempeñaban diferentes
funciones administrativas de los ministerios y organismos del Estado.
El autor de esta columna fue
acusado en una campaña cobarde, difamadora, irrespetuosa, huérfana de
total y absoluta veracidad, de ser dueño de una propiedad en el paraje
de La Ciénaga Arriba, Distrito Municipal de Manoguayabo, construida con
los fondos que habíamos sustraído del gobierno. Frente a esas
acusaciones dirigidas a nuestra persona, advertimos a nuestros
compañeros en diferentes reuniones del Comité Político, que el objetivo
de ellas no era hacernos daños a nosotros, sino al PLD, y
particularmente a Leonel Fernández. Las declaraciones que hemos
comentado van en esa dirección también: ¡Cuidado, mucho cuidado!, que
esta es la primera parte de un plan que llegará más lejos”.