Por Leonardo Plata.-
BARAHONA.-
Todos los seres humanos, en algún momento de nuestra existencia,
afrontamos algún tipo de dificultad o situaciones adversas que muchas
veces nos hace retroceder y sentirnos derrotados.
Los
mismos problemas, nos vendan los ojos, no nos dejan ver el camino o la
salida que pudiéramos conseguir la solución y ponerle fine al problema,
porque no nos detenemos un momento a reflexionar, a pensar serenamente
para que nuestra voz interior se exprese y así pueda fluir la idea de
que todo lo que estamos pasando, tiene solución.-
Quiero
compartir con mis amigos lectores esta reflexión, porque siempre he
dicho que la vida es bella, es hermosa, pese a las dificultades, a los
momentos amargos, al final la vida es una expresión del amor infinito de
nuestro creador y es por eso que vale la pena seguir luchando, no
importa la circunstancia, no importa cual grande fuese ese obstáculo que
parece imposible de superar, no podemos desmallarnos y quedarnos
sentados, con el espíritu derrotado como si la guerra y la batalla están
perdidas.
Como
ser humano estamos expuestos a muchas cosas, a cometer errores, pero lo
importante es reflexionar, levantarse, decirte a ti mismo, yo merezco
otra oportunidad, pedirle a Dios fuerza y levantarte como un gladiador
victorioso y salir adelante a lograr tus metas, tus sueños, lo importa
las maledicencia de los mediocres, las calumnias de los malvados, la
indiferencia de los que te aborrecen sin causa alguna, debes seguir
adelante.
Muchas
veces, hemos sido víctimas de la calumnias, de acusaciones, de gente
que no soportan que te supera, que te destaque, que la gente valore como
positivo lo que haces, porque ellos entienden que les quita un especio,
como se le quita un pedazo de pan aun mendigo.
No te detengas, sigue el
camino, porque solo los fuertes, los decididos, los que perseveran, son
los que llegan a la cima de la cumbre, no del éxito material solamente,
si no a la realización como ser humano, como criatura de Dios que
somos.
Recuerda
aquel soldado romano, que con valentía y orgullo, herido de gravedad,
le salió al frente general Aníbal, quien halló a Roma indefensa, había
matado casi a todo el ejército Romano y este soldado le dijo con gran
valor, que será por encima de su cadáver que él va conquistar este
pueblo, a lo que Aníbal se estremeció mirando al soldado fijamente, sacó
su espada y ordenó a su ejército retirarse, levantado el sitio en paz, y
antes de retirarse, dijo a ese soldado, cuanto valor, cuanta grandeza
en un solo hombre, eres digno de respeto por eso dejo en paz al Pueblo
de Roma.
Es
el valor con que debemos afrontar nuestros problemas, porque cuando los
detractores y los mediocres ven en tu actitud, no le quedan mas remedio
que retirarse, que callarse, que aceptar que eres digno de respeto.
Terminó esta reflexión con una poema de José María Heredia, el cual se titula y que se que llegará a sus corazones
“No desista”
Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, cuando ofrezca tu camino solo cuestas que subir, cuando tengas poco haber pero mucho que pagar, y precises sonreír aun teniendo que llorar, cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir, descansar acaso debes ¡pero nunca desistir!
Tras las sombras de la duda ya plateadas, ya sombrías, puede bien surgir el triunfo no el fracaso que temías, y no es dable a tu ignorancia figúrate cuán cercano pueda estar el bien que anhelas y que juzgas tan lejano.
Lucha, pues por más que tengas en la brega que sufrir, cuando todo esté peor, más debemos insistir.