César Medina/Tomado de Listin Diario
El
Presidente Danilo Medina se deja llevar por la indignación, cae en una
trampa artera, incurre en un error soberano al defender “con uñas y
dientes” el programa más emblemático de su administración: las visitas
sorpresas de los domingos... ¡Ahí querían verlo sus adversarios!
Porque
quienes tienen que defenderlo --y lo hacen--, son sus beneficiarios,
miles de dominicanos que en estos tres años han visto a su Presidente,
le han hablado de tú a tú, se han sentido escuchados, han recibido
respuesta, lo han tocado, han valorado su sencillez.
¿Podría
la oposición hallar un solo voto --literalmente, un solo voto--, entre
quienes han tenido la oportunidad de pasar horas en una enramada con el
Presidente de la República en mangas de camisa y cachucha, tratándolo
como a un igual, para recibir al final soluciones prácticas a los
problemas comunitarios?
Por eso, precisamente, son los ataques de la oposición...
...
Porque en esas visitas de los domingos, Danilo ha cimentado un
liderazgo sin parangón que nace en el sector más carenciado, donde jamás
había llegado un Presidente y ni pensar poder verlo de cerca, tocarle,
hablarle, discutirle, tutearle. ¿Cuándo se había visto eso en la
historia dominicana?
Por
supuesto, esos ataques tienen el riesgo de regresar a su punto de
origen --el clásico efecto boomerang--, y revertir el daño que se busca
hacer. Porque la gente no se deja engañar tan fácilÖ
... Sólo dos muestras
Anteayer ocurrieron dos acontecimientos que pueden servir como ejemplo
del error en que incurre la oposición tratando tontamente de restar
méritos a las visitas sorpresa de Danilo:
-El
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, entregó la
víspera el informe de los dos últimos años sobre el impacto positivo que
ha tenido ese programa en las familias rurales, específicamente en la
creación de empleos y mejorías de sus ingresos; y
-La
última encuesta de Latinobarómetro, que mide las simpatías de todos los
Presidentes de la región, coloca a la cabeza a Danilo Medina con un 82
por ciento de aprobación, muy por encima del resto de sus iguales y casi
doblando las simpatías colectivas de sus colegas.
Es
una popularidad que llama la atención en el exterior y que tenemos que
explicar constantemente quienes representamos el país porque se nos
cuestiona sobre un fenómeno político que se repite año por año en todas
las mediciones internacionales.
Cuestión de sensibilidad
Que Danilo reaccione ante las críticas defendiendo “con uñas y dientes”
su emblemático programa de visitas sorpresas, puede atribuirse a su
sensibilidad... Y aunque insisto que ha sido un error caer en el terreno
de sus adversarios, la actitud describe la sinceridad con que lo
ejecuta.
Quienes
tratan de cerca a Danilo saben que sus visitas de los domingos a los
más pobres del campo no tienen factura demagógica ni electorera. Desde
que llegó al poder hace más de tres años no ha fallado un solo domingo,
aunque llueva, truene o ventee.
En
más de una ocasión las condiciones del clima le han impedido abordar el
helicóptero: “Pues vámonos por tierra porque no dejaré esperando a los
pobres del campo”.
Otros
presidentes de la región han querido imitar a Danilo, y lo han
intentado. Van entre semanas, y así no tiene el mismo valor...
¡...La clave es ir el domingo en mangas de camisa y jeans!