Tomado de Diario Libre
El
presidente del Constitucional se la puso en China a los sectores o
personas que hablan de manera impensada, que abordan los temas por acto
reflejo.
Como el saque de pistolas en las cantinas del viejo oeste.
Andaban
con la sospecha en la cintura, y reaccionaban ante el más ligero
movimiento, y Colt en mano disparaban, y si no mataban, provocaban
desconcierto entre los parroquianos.
Así ocurre aquí.
Milton
Ray se queja de que se debata el fallo sobre la inconstitucionalidad
del Código Penal sin que se conozca el sustento, de si de forma o si de
contenido.
Y
la verdad es la verdad. Todos los interesados opinaron a favor y en
contra, y se condenó y se celebró, sin que quedara claro qué se
condenaba o qué se celebraba.
Hubo
muertos y heridos de fama, y todo porque se disparó de boca sin
distinguir bien el punto de mira. Como si el titular fuera la noticia.
¡Oh,
y si ahora resulta que el órgano no puso ni quitó, y que solo manda a
que las cosas se hagan como deben ser! ¿Dónde esconderán la cara los
opinantes de aldea?
Un poquito para atrás, por favor.