Jonty Bloom y Ruth Alexander BBC programa "In Business"
Image copyright Thinkstock/Tomado de BBC Mundo Image caption ¿Te imaginas que todos supiéramos todo sobre las finanzas de los demás?
¿Hay
alguna manera de que todos, ricos y no tanto, paguemos el tributo
necesario para contribuir a financiar los servicios que nos ofrece la
sociedad en la que vivimos?
Constantemente
salen a la luz revelaciones respecto a los asuntos tributarios de
firmas e individuos que aprovechan cualquier vacío en la ley para evitar
pagar lo que los Estados consideran justo.
La
respuesta de los que están en posiciones de poder (quienes a veces
utilizan los mismos trucos) suele ser que tienen las manos atadas, pues
es un problema global.
Sin embargo, hay quienes abogan por la transparencia total... y otros que la practican.
Mientras
que hay países como Reino Unido donde es una ofensa criminal revelar
los asuntos tributarios de otros, también hay naciones en las que es
fácil averiguar cuánto gana y cuánto paga de impuestos cualquier
persona, desde el más rico y poderoso hasta el más pobre.
Y eso puede tener un efecto profundo en la práctica de los negocios y en la sociedad.
Sin secretos
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Image caption Sin ninguna dificultad puedes averiguar quién es dueño y
cuánto tiene cualquiera de los que viven en esas casas de Bergen.
En
Oslo, o cualquier ciudad noruega, si tenías alguna duda sobre tus
finanzas o las de cualquier compatriota antes de la era digital, sólo
tenías que ir al ayuntamiento o municipalidad y buscar los detalles.
Hoy en día, quien quiera saber cuánto ganan sus colegas, el jefe o la vecina puede encontrar la respuesta en internet.
"Yo
chequeé cuánto ganan mis colegas y mi mentor", le dijo a la BBC Vera
Lazanbatuna, una joven filipina que trabaja en una compañía tecnológica
en Oslo.
A
Vera le pareció raro poderlo hacer pues en su país de origen sería
imposible. No obstante, dice que le dio "una sensación de poder, porque
te permite entender cuánto debes ganar".
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Eso
ayuda a explicar la razón de que la brecha salarial entre mujeres y
hombres en Noruega sea una de las más pequeñas del mundo.
Hay otras medidas diseñadas para reducir esa brecha, pero la transparencia es un factor de mucho peso.
En
Noruega incluso si las empleadas no se dan cuenta de que les están
pagando menos que a sus colegas hombres, los sindicatos no permiten que
pase desapercibido, pues publican listas muy detalladas del pago para
cada empleo.
Vera,
sin embargo, no tuvo que recurrir a ellas. "Las dos veces que me di
cuenta de que me estaban pagando menos que a otro, fui a hablar con mi
jefe y actuó, así que estoy feliz".
El primer impuesto fue para crear el Banco Nacional de Noruega.
¿Cuándo se volvieron tan cristalinos?
En
la magnífica Biblioteca Nacional de Oslo se encuentra un libro de tapas
duras y café, cuya primera página está repleta de publicidad.
Es
el registro de toda la información básica tributaria de toda la gente
que vivía en la región de Oslo en 1918: nombres, direcciones, ingreso
anual y la cantidad de impuestos pagada.
Como
le dijo a la BBC Einar Lie, profesor de Historia Económica de la
Universidad de Oslo, esta práctica es tan antigua como el país mismo.
"El
primer impuesto estatal que tuvimos fue poco después de que Noruega
fuera fundada como nación. Solía ser parte de Dinamarca hasta la Guerra
Napoleónica", explicó Lie.
En 1814, Noruega tuvo su propia constitución, parlamento, gobierno y finanzas estatales, y por ende, sus propios impuestos.
"El
primer impuesto grande que se recaudó fue para fundar el Banco Central
de Noruega, y la lista con los detalles fue publicada. Y en la segunda
mitad del siglo XIX, la práctica fue regulada: por ley, los asuntos
tributarios tienen que ser públicos", señaló Lie.
Image copyright Thinkstock Image caption En 1814 Noruega tuvo su propio parlamento.
¿Por qué revelar lo que tantos ocultan?
La motivación para ser transparentes era generar confianza en las autoridades en esa nueva nación.
"En
las primeras décadas, se recomendaba que la información fuera anunciada
en voz alta, pues mucha gente no sabía leer y escribir, así que el
pregonero local se paraba afuera de la iglesia o en la plaza del pueblo y
recitaba los asuntos financieros de cada habitante", contó LIe.
Y
si la idea original era evitar que se le diera tratamiento especial a
los ricos y que se corrompieran los funcionarios del gobierno, parece
que ha dado resultado: Noruega es uno de los países menos corruptos del
mundo.
Image copyright Thinkstock Image caption Con todo tan público, es difícil "cocinar los libros".
Lie
opinó: "Debe haber influido en los valores ligados a la igualdad de
salarios. Noruega es un país en el que las diferencias son muy pequeñas y
pienso que la información ha sido importante para que sea así".
"Debatimos
intensamente los salarios de los ejecutivos, que deben ser
justificados, y son más bajos en Noruega que en cualquier otro país
europeo", indicó.
¿Qué opinan los jefes?
Es
difícil imaginarse a muchos ejecutivos o dueños de firmas en otros
lugares queriendo que sus empleados tengan acceso total a los datos
sobre los sueldos de todos y menos a detalles de su propia riqueza.
En
Reino Unido, los críticos alegan que la transparencia de salarios
llevaría a una inflación de las ganancias que sería insostenible.
Image copyright PIXABAY Image caption Los salarios de los ejecutivos son más bajos en Noruega que en cualquier otro país europeo.
Para
recoger la opinión de los personajes más ricos, exitosos, ambiciosos y
mejor pagados, la BBC fue a la conferencia anual de las organizaciones
empresariales más grandes de Noruega.
Esta
es una muestra de tres de las respuestas de la abrumadora mayoría de
los asistentes a la pregunta: ¿piensa que es buena idea la naturaleza
pública de los registros de ingresos e impuestos en su país?
"Me
gusta la transparencia. Realmente pienso que pagar impuestos es lo más
importante que uno hace para contribuir a la sociedad".
"Pienso que la transparencia es buena. Evita que los salarios de los gerentes lleguen a niveles obscenos. Pero lo malo es que le ayuda a los criminales a escoger a las familias más ricas como víctimas y hemos visto un poco de eso".
"Hace que no haya gente a la que le paguen demasiado. Si hay una discrepancia de 50 o 100 o 150 veces entre el salario más alto con el más bajo, eso es obsceno. Y si lo estás recibiendo y piensas que está bien, debes ser capaz de admitirlo y justificarlo. Me parece que es justo".
¿Un modelo transferible?
Si
lo que estás leyendo te está dejando con la boca abierta, quizás te
estarás preguntando si todos podríamos ser un poco más noruegos.
Para
el profesor de antropología de la Universidad de Oslo Thomas Eriksen la
clave está en cuestiones muy arraigadas en la cultura.
Image copyright PIXABAY Image caption La actitud de los noruegos tiene mucho que ver con la influencia del protestantismo luterano.
"Tiene
que ver con el igualitarismo, que es muy fuerte en Noruega por razones
históricas y también con la influencia profunda del protestantismo
luterano: la idea de que todo debe se abierto, de que no puedes tener
secretos porque, si los tienes, probablemente tengas algo que esconder".
"Hay
sectas religiosas en el país que ya no son tan influyentes, pero que
solían tener mucho poder y aún lo tienen en algunas partes del norte y
oeste. Son sectas luteranas que por muchos años le prohibían a sus
fieles hasta tener cortinas, pues todo tiene que estar a la vista del
público", contó Eriksen.
Según
él, uno de los aspectos negativos de esa libertad de información es que
ha hecho que Noruega sea un país poco aventurero, en el que sobresalir
es considerado un problema.
Desde su punto de vista, "hay cierto desdén por los logros... cierta cultura de envidia".
Tal vez, pero también tiene mucho de envidiable.
Image copyright Thinkstock Image caption Tal grado de transparencia, ¿será posible?
¿Inimaginable?
Respecto
a la posibilidad de llevar a otras partes tal nivel de transparencia,
Noruega es un país en el que los pregoneros solían anunciarle a los
aldeanos cuán ricos eran sus vecinos y en el que las cortinas estaban
prohibidas.
Con su historia de luteranismo e igualitarismo adoptó este sistema desde su fundación y lo ha hecho funcionar.
Cuán
viable es adoptar sus costumbres depende probablemente de cuán lejos
están otras sociedades culturalmente y por ende cuán profundo tendría
que ser el cambio de carácter.