Néstor Medrano
Santo Domingo/Tomado de Listin Diario
El
presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez,
reveló anoche que según informes de inteligencia que posee, se intentó
hacer colapsar el proceso electoral a las tres de la tarde del 15 de
mayo.
"Por
la información de que disponemos, les puedo asegurar que hubo intentos
reales de hacer colapsar las elecciones. Incluso, algunas mentes muy
creativas, daban como un hecho, que a las tres de la tarde sería
necesario interrumpir el proceso de votación y fijar una nueva fecha.
¡Hasta ahí se llegó!", enfatizó Rosario Márquez en una alocución
dirigida al país anoche por Color Visión.
Rosario Márquez manifestó que nunca como en esta ocasión se había visto tan amenazada la integridad de un proceso electoral.
"Estas
circunstancias y situaciones, de hecho, obligaron al órgano electoral a
concentrar sus esfuerzos en salvar las elecciones", dijo el funcionario
electoral durante un discurso de 55 minutos transmitido anoche.
Precisó
que "lo que les estoy narrando, no es un drama de terror típico de
Alfred Hitchcock, situaciones como éstas ocurrieron prácticamente en
todo el territorio nacional. Ellas son el mejor testimonio de que muchos
de los contendientes y de las fuerzas involucradas en el proceso, no se
prepararon para una competencia democrática. Jugaron al caos y al
desorden, a impedir que hubiera resultados ciertos y a tiempo".
El
Presidente del órgano electoral indicó que todos los partidos, sin
excepción, consintieron en su momento, y apoyaron a la Junta Central
Electoral en las innovaciones tecnológicas. Recordó que durante dos
largos años, organizó y montó el proceso electoral, con uso de
tecnología, sin mayores diferencias y contratiempos con los partidos,
“todo, absolutamente todo, estaba organizado y estructurado bajo estos
criterios y principios gerenciales de procesos”.
Explicó
que apenas faltando días para la votación, "bajo premisas falsas,
especulaciones y desinformaciones, los partidos políticos obligaron a la
Junta, e impusieron la vuelta a la manualidad, al conteo manual de los
votos, que no estaba contemplado en la planificación estratégica
electoral.
Reveló
que los organismos de observación electoral, como UNASUR y la OEA, de
manera privada, le expresaron su preocupación de que este giro brusco en
la organización del proceso que la Junta se vio obligada a aceptar,
ponía en peligro la calidad y las elecciones mismas.
"Es
evidente que esta actuación injustificada, como se demostró
posteriormente, sin sentido, de los partidos políticos, asestó un duro
golpe al proceso electoral. Pesó más el interés individual, las
aspiraciones particulares, que el interés colectivo e institucional".
Rosario
se quejó de que para sostener su reclamo, los partidos afirmaban que no
importaba el tiempo que se durara contando; a decir de éstos, sólo el
conteo manual les garantizaba sus derechos.
"La
realidad es totalmente contraria a esas pretensiones. Hoy, los que
defendían el conteo manual no han podido presentar una sola acta
electrónica que haya dado resultados distorsionados; incluso, los
críticos más severos del conteo electrónico, como Participación
Ciudadana, tuvieron que admitir, según sus propias palabras, que "el
conteo electrónico pasó con buenas notas".
Puntualizó
que los resultados obtenidos por los equipos no difieren prácticamente
en nada del conteo manual y alegó que este criterio fue compartido por
los observadores internacionales, y más aún, en cada uno de los
reconteos llevados a cabo en las juntas electorales, a su decir, no se
registra diferencia entre el resultado del reconteo manual y el conteo
electrónico. En aquellos casos donde se produjeron diferencias, se debió
a la interpretación que se dio al voto al momento del conteo manual.
Roberto
Rosario Márquez, luego de defender el proceso electoral, dijo que daba
garantía y seguridad de que el contenido esencial de las actas
levantadas en cada uno de los colegios y juntas electorales, es la
expresión de lo marcado por los ciudadanos en cada boleta y dio fe del
proceso.