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Las
exigencias del mundo actual van delimitando el tipo de ciudadano que el
mundo requiere, en una sociedad cada vez más globalizada y
eminentemente demandante se hace necesaria también una reestructuración
acerca del modelo educativo que forma a los miembros de dicha sociedad.
La
UNESCO establece que la educación del siglo XXI se debe basar en cuatro
grandes aspectos formativos que sustenten la educación de las personas,
los llamados pilares de la educación visualizan una formación de manera
integral, es decir, un desarrollo pleno del ser humano basado en cuatro
categorías de aprendizaje deseables en todas las personas: Aprender a
conocer, Aprender a hacer, Aprender a vivir juntos y Aprender a ser.
El
primer pilar: Aprender a conocer, se refiere a las habilidades que
debemos desarrollar respecto a la manera en cómo nos acercamos al
conocimiento, nuestra manera de investigar y autorregularnos, a
identificar cuáles son mis debilidades y fortalezas para poder
aprovecharlas; es necesario en la dinámica social actual que las
personas aprendamos a investigar temas por nuestra propia cuenta, el
aprendizaje autónomo forma parte de las competencias del ciudadano del
siglo XXI.
Respecto
al segundo pilar denominado Aprender a hacer nos debe quedar claro que
si bien los conocimiento teóricos son importantes, lo son de igual forma
o más aún las habilidades prácticas que tengamos, el conocimiento no se
evidencia hasta que se puede aplicar en una situación concreta, se ve
reflejado en lo que podemos construir o crear a partir de él, una
persona que cuenta con muchos conocimiento teóricos pero que no los
puede llevar a la práctica quedará fuera de la dinámica actual en dónde
la producción de conocimientos y su aplicación son indispensables para
el progreso social.
El
tercer pilar: Aprender a vivir juntos, enfatiza que las personas no
pueden vivir en soledad y lograr el éxito aislados de los demás, es
imperante que se formen redes de colaboración y participación, se
reconoce a través de este pilar que el conocimiento y el saber hacer
cosas por sí mismos no darán éxito al individuo, implica el que yo como
ser pensante y creativo busque siempre el bienestar común, reconocer que
el otro forma parte esencial de mí, luego entonces el conocimiento
adquiere un carácter social y necesita ser compartido y acompañarse de
los valores para la convivencia necesarios para el progreso comunitario.
Por
último el pilar del Aprender a ser nos habla del autoconocimiento y
valoración del propio sujeto como parte fundamental de la realización
personal, se puede ser un sujeto con niveles elevados de conocimiento y
habilidades prácticas pero no se aprenderá a vivir en sociedad si no se
tiene una valoración interna adecuada que genere un equilibrio entre
todos los aspectos que conforman la vida y constitución de la persona
misma.
Los
cuatro tipos de aprendizajes que sustentan los pilares de la educación
son o deben ser los fundamentos de toda práctica educativa no solo en el
país sino a nivel internacional, para la UNESCO es claro que la
formación de las personas no se limita solo a la acumulación de saberes o
habilidades, sino que comprende la integridad de las personas,
ciudadanos con valores y conocimientos que actúen en beneficio de la
sociedad en la que viven.