Por Andrés Dauhajre hijo/Tomado de El Caribe
Impacto de una depreciación de 5% sobre el balance de sector público
El
pasado 16 de agosto el economista e historiador Bernardo Vega escribió
que en la madrugada soñó que entre los anuncios que haría el Presidente
Danilo ese día estaría que “el Ministerio de Hacienda dejará de
presionar al Banco Central, para que no devalúe, pues eso aumenta el
costo en pesos de la deuda externa. Así el tipo de cambio será
determinado por quien corresponda, las autoridades monetarias, de forma
autónoma, según convenga al desarrollo del país”.
Tengo
que reconocer que ese señalamiento me sorprendió pues es la primera vez
que escucho que Hacienda es la entidad gubernamental que ha estado
presionando al Banco Central para que mantenga el control prevaleciente
sobre la tasa de cambio. En las conversaciones que he tenido en los
últimos cuatro años con el anterior Ministro de Hacienda, Lic. Simón
Lizardo, y con el ex Viceministro encargado de la Dirección General de
Crédito Público, Lic. Magín Díaz, nunca escuché que hubiesen solicitado
al Banco Central el control de la tasa de cambio.
Este
planteamiento parece derivarse de la creencia de que una depreciación
del peso tiene un impacto negativo sobre las finanzas del sector
público, pues “aumenta el costo en pesos de la deuda externa”, es decir,
la cantidad de pesos que el Gobierno debe buscar para pagar los
intereses de su deuda externa. ¿Es cierto que una depreciación del peso
tiene un impacto negativo en las finanzas del sector público?
Para
responder esta pregunta tomamos las cuentas del sector público que son
directa e indirectamente impactadas por una depreciación de la moneda.
Tomemos el 2015 como referencia para analizar el impacto que habría tenido en ese año una depreciación de 5% por encima de la que tuvo lugar en el 2015.
La
primera parte de la evaluación se centra en las partidas de ingresos
del balance del sector público consolidado que son impactadas
favorablemente por una depreciación del peso dominicano. Para
simplificar estamos asumiendo una elasticidad precio de cero en la
demanda de bienes y servicios impactados en ese rango de baja
depreciación. En el caso de una depreciación más elevada este sería un
supuesto indefendible.
Los
impuestos sobre las importaciones (arancel más impuestos selectivos al
consumo) habrían aumentado en RD$1,260.6 millones, pues las aduanas
habrían utilizado una tasa de cambio más alta para la liquidación de los
mismos. El ITBIS externo que cobran las aduanas sobre las importaciones
habría subido en RD$3,105.8 millones. El ITBIS retenido por los hoteles
habría sido RD$490.8 millones mayor al que retuvo ese sector a sus
clientes. Las recaudaciones del ITBIS interno, por efecto de la
transmisión de la depreciación sobre la inflación, asumiendo que una
depreciación de 1% transmite 0.5% de aumento a la inflación, habrían
aumentado en RD$2,123.0 millones.
El
impuesto selectivo sobre hidrocarburos ad-valorem del 16% habría subido
en RD$666.3 millones. De la misma manera, el impuesto de la Primera
Placa sobre los vehículos habría aumentado en RD$349.5 millones. El
impuesto selectivo ad-valorem sobre las cervezas por el efecto de
transmisión de la depreciación sobre los costos de los insumos
importados y en consecuencia, sobre el precio de venta al público,
habría subido en RD$38.5 millones. El impuesto sobre dividendos pagados
al exterior habría aumentado en RD$199.9 millones. El impuesto sobre
intereses pagados al exterior habría subido en RD$56.1 millones,
mientras que el impuesto sobre pagos al exterior en general lo habría
hecho en RD$398.9 millones.
También
habría aumentado en RD$16.3 millones el impuesto del 3.5% sobre ventas
al mercado interno que pagan las zonas francas como proxy del impuesto
sobre la renta. El impuesto sobre las utilidades de las empresas mineras
exportadoras habría subido en RD$273.4 millones. El impuesto sobre la
renta pagado por los hoteles habría aumentado en RD$90.2 millones. El
pago de la Regalía Neta de Fundición Minera había subido en RD$94.0
millones. El impuesto de salida de pasajeros al exterior por aeropuertos
habría generado RD$276.8 adicionales, mientras que los ingresos por las
tasas de la tarjeta de turismo y de derechos administrativos, habrían
subido en RD$97.9 y RD$1.4 millones, respectivamente.
A
lo anterior tendríamos que agregar los ingresos cuasi-fiscales por
ganancia cambiaria que habría devengado el Banco Central sobre sus
activos internacionales en moneda extranjera. Estos ingresos habrían
aumentado en RD$13,371.4 millones. De la misma manera, los ingresos por
intereses devengados por el Banco Central en la inversión de sus
reservas internacionales habrían subido en RD$69.7 millones.
Como se puede observar, los ingresos del sector público consolidado habrían aumentado en RD$22,980.5 millones.
Una
depreciación de 5% adicional a la registrada durante el 2015, habría
aumentado en RD$1,647.4 millones los intereses sobre la deuda externa
del sector público no financiero. Las transferencias al sector
eléctrico, asumiendo que la tarifa promedio a los usuarios se hubiese
mantenido inalterada, habrían subido en RD$2,115.0 millones. Los pagos
al servicio diplomático en el exterior y las cuotas a organismos
internacionales habrían aumentado en RD$139.1 millones. Las erogaciones
por compras de vehículos en el sector público habrían subido en RD$90.1
millones, mientras que el gasto de capital del sector público no
financiero, que exhibe un componente en dólares, habría aumentado en
RD$3,607.9 millones.
A
lo anterior debemos sumar las pérdidas cambiarias adicionales por
RD$2,363.3 millones que sufriría el Banco Central por la revaluación en
pesos de sus pasivos externos, el aumento de RD$13.0 millones en los
gastos por intereses pagados por el Banco Central sobre su deuda en
moneda extranjera y el alza de RD$20.1 millones en el costo de acuñación
e impresión de monedas y billetes que enfrentó el Banco Central en el
2015. El aumento total en el gasto del sector público consolidado que
habría generado una depreciación adicional de 5%, habría sido de
RD$9,995.9 millones.
En
consecuencia, una depreciación adicional del peso de 5% habría reducido
el déficit del sector público consolidado en RD$12,984.6 millones (0.4%
del PIB). El financiamiento externo neto del sector público no
financiero (desembolsos – amortizaciones) denominado en pesos, que se
presenta debajo de la línea en el balance del sector público no
financiero, habría aumentado en RD$4,724.4 millones, lo que habría
permitido colocar menos deuda pública en el mercado doméstico.
No
comprendemos, por tanto, de dónde es que nace la creencia de que una
depreciación moderada del peso impacta negativamente las finanzas
públicas. Lo que sí impacta negativamente el balance del sector público
es el control prevaleciente en la tasa de cambio.