Tomado de El Nuevo Diario
WASHINGTON, 12 may (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump,
propuso hoy acabar con las ruedas de prensa de la Casa Blanca y
distribuir respuestas por escrito "en beneficio de la rigurosidad",
después de las contradicciones sobre el despido del director del FBI.
Trump
se lanzó de nuevo a su cuenta de Twitter a primera hora de la mañana
para atacar a la prensa, que critica la confusión que él mismo ha
generado sobre las razones detrás del sorpresivo despido del director
del Buró Federal de Investigación (FBI), James Comey.
"¿Quizá
lo mejor sería cancelar todas las futuras conferencias de prensa y
distribuir respuestas escritas en beneficio de la rigurosidad?", se
preguntaba esta mañana Trump.
El
mandatario aseguró que es un "presidente muy activo con muchas cosas
pasando", por lo que no es posible para sus portavoces "colocarse en el
podio (de las ruedas de prensa y hablar) con total rigurosidad".
Pese
a la polémica que generaron esas declaraciones, Trump se reafirmó en su
postura en una entrevista difundida horas después por la cadena de
televisión Fox News.
La
entrevistadora le dijo a Trump que él se mueve tan rápido que su equipo
de comunicaciones no puede seguirle el ritmo, a lo que el mandatario
respondió: "Sí, es verdad".
Cuando
la presentadora le preguntó qué planea hacer al respecto, Trump
respondió: "No tener conferencias de prensa, a no ser que las tengamos
cada dos semanas y las dé yo mismo, no las tenemos".
"Creo que es una buena idea. Hay un nivel de hostilidad (de la prensa) que es increíble, y es muy injusto", aseguró Trump.
Esas
declaraciones llegan después de una caótica semana en la que su equipo
de prensa tuvo dificultades para explicar el despido de Comey,
especialmente después de que, este jueves, Trump contradijera la versión
oficial de la Casa Blanca al asegurar que tenía previsto destituir
pasara lo que pasara al ahora exdirector del FBI.
Los
portavoces de la Casa Blanca habían asegurado que ese despido se debía
por completo a la recomendación del fiscal general adjunto, Rod
Rosenstein, quien consideró que Comey no había gestionado bien la
investigación sobre el manejo de los correos electrónicos de Hillary
Clinton cuando era secretaria de Estado.
Según
funcionarios gubernamentales, Rosentein amenazó con dimitir después de
que la Casa Blanca dijera que él fue quien impulsó el despido de Comey y
pidió a la Casa Blanca que lo corrigiera.
Unas
horas después del tuit de Trump, su portavoz, Sean Spicer, tuvo que
asumir la incómoda posición de defender tanto las declaraciones de Trump
como el trabajo del equipo de comunicación.
"Salimos
aquí cada día y tratamos de hacer el mejor trabajo posible a la hora de
comunicar lo que ha hecho el presidente. Llegamos pronto, trabajamos
hasta bastante tarde y hacemos lo que podemos", dijo Spicer durante su
conferencia de prensa diaria.
El
portavoz matizó que, como Trump está ocupado, a veces su equipo "no
tiene la oportunidad de verle" para preguntar sobre los detalles que
puedan interesar a la prensa, pero aún así trabajan "muy duro para dar
la información más precisa y actualizada".
Spicer
no hizo comentarios sobre la sugerencia de acabar con las conferencias
de prensa, y se limitó a indicar que Trump está "un poco consternado"
por el tratamiento de la prensa sobre su presidencia, y la sensación de
que los medios solo quieren "cazarle" en errores y no informan de sus
logros.
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca reaccionó también a las declaraciones de Trump en un comunicado.
"Acabar
con las conferencias de prensa reduciría la rendición de cuentas, la
transparencia y la oportunidad para que los estadounidenses vean que, en
el sistema de EE.UU., ninguna figura política está por encima de (el
deber) de recibir preguntas", dijo el presidente de la asociación, Jeff
Mason, en el comunicado.
"La
Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca se opondría a cualquier
medida que pudiera amenazar esos principios protegidos por la
Constitución" estadounidense, añadió Mason.