Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do/Tomado de Listin Diario
LA FRONTERA.- En una encuesta que se realizara después de la comparecencia del presidente Danilo Medina, al preguntarse en la calle cuál parte del discurso llamó más la atención o más gustó, la mayoría respondió que la referida a la frontera.
El hecho es interesante, pues hubo políticos que se quejaron de que no hablara del tema migratorio o de los haitianos. Al parecer echaron su pavita y no oyeron lo que el ciudadano de a pie se llevó al vuelo. El gobierno va a ocuparse de la línea divisoria y hacer lo que nunca había hecho, aun cuando se le viene pidiendo con ánimo de alerta o de alarma. Como la soberanía no se defiende con discursos, sino con medidas expeditas, efectivas, la guardia fue empoderada. No puede decirse que se deba a la rendición de cuentas, ni a la medición a posteriori, sino al hecho comprobado de que el patriotismo reditúa políticamente. Dice el refrán que lo mucho hasta Dios lo ve, y bueno que así sea, porque el gobierno, que no es muy devoto, vio lo que consideró durante un tiempo que era poco. La burla de los haitianos que cruzan de un lado para el otro, como si fuera un solo territorio, y que ya aquí crean situaciones que afectan de muchas maneras...
ELLA VIENE.- La política del gobierno respecto a la frontera es muy oportuna, incluyendo la parte de espectáculo, pues la fanfarria no es música, pero alegra. Digo que oportuna, pues entre las muchas posibilidades está la llegada al país de una nueva embajadora norteamericana, y es bueno que si viene, encuentre al gobierno haciendo un trabajo más a fondo y responsable en el tema migratorio. Nunca se sabe, pero en el entrenamiento de primavera de esta semana, Robin Bernstein, que así se llama la señora, demostró habilidades en el dogout que no convienen en el campo de juego. Lanza pegado y se desliza en las bases con los clavos parados como Ty Cobb. Peligrosa, muy peligrosa. Repetir con voz de mujer verdadera lo que James -Willy- Brewster, su antecesor, pronunciaba en tono simulado, sería poco original. Se supone que la política de la administración Trump debe ser diferente a la de Obama, y que no puede presionar para que se hagan cosas distintas a las suyas en el campo migratorio. Aunque con Trump nunca se sabe, puede salir con una como con la otra, por lo menos esa es la impresión que se tiene al leer a Michael Wolff en Furia y Fuego, el más vendido de la controversia. República Dominicana sigue estando en el mismo lugar, geopolíticamente hablando, y ya el Caribe no es frontera imperial, pero sí laboratorio de Estados Unidos para políticas que siempre resultan arteras...
OTRO PENSAR.- Onán es un personaje de las Escrituras (y ahora recuerdo que Manuel del Cabral escribió un poema sobre las manos de Onán) y onanismo es placer solitario. Por ejemplo, considerar que la nominada embajadora norteamericana dijo a la comisión del Senado que conocía su nombramiento lo que ésta quería oír. Que resistiría los efectos de la sentencia del Tribunal Constitucional. Robin Bernstein no pensaría así, pero si ante una pregunta respondía contrario al sentimiento de los demócratas, nunca conseguiría su apoyo o aprobación. Que una vez reciba la bendición, actuaría de acuerdo a la política exterior de su gobierno, de Donald Trump y del Partido Republicano, y no según al parecer de la oposición demócrata. El sistema político norteamericano tiene esas complejidades, y conviene conocerlo para interpretar sus giros y cubrirse de sus resultados. Habrá que esperar que llegue y ver sus declaraciones oficiales y en territorio dominicano. Ella tiene de malo que es escritora, y de bueno que es empresaria como Trump, así como debe tenerse en cuenta que sus iguales nacionales tienen una actitud nueva o diferente sobre la mano de obra haitiana. Si el gobierno sabe jugar sus cartas, y se toma de la mano con los empresarios dominicanos, por lo menos los del Cibao, podría resbalar, pero no caerse...
AQUÍ HABLAMOS.- La embajadora norteamericana, si la aprueban, llegará al país y cuando se encuentre en territorio dominicano y hable y se reúna con sectores sociales, económicos y políticos, podrán verse los ejes de su carreta. Si los trae engrasados o gusta de que suenen. Se conocerá su agenda, que muchos temen que sea a favor de los haitianos, migratoria, pero que podría ser política. Las elecciones del 2020. La Ley de Partidos, por ejemplo. O, la reelección, por si acaso. Si se apresura podría ser incluida en las visitas del Bloque Opositor y recibir copia del folleto con las consabidas recomendaciones. De los aparatos del Indra de seguro no se ocupará porque el Indra es una empresa española, y ese reino deberá defender los intereses de su súbdito. Igual se da por seguro que no insistirá en los derechos de los gays o de los transexuales, puestos de moda por la premiada película chilena, ni participará en fiesta de piscina, con el encanto de su antecesor Brewster. No obstante, vale cruzar los dedos, pues los dominicanos tienen malas experiencias que lamentar con los últimos enviados. Los cuales, al no ser de carrera, hacen de la torpeza una profesión. Vienen con la maldad a cuestas y disparan a mansalva. Robin Bernstein no tiene por qué ser la excepción. Los pitchers fallidos se conocen en la práctica, cuando se decide si abridores o de bullpen...