El gobierno de Luis Abinader y figuras como Faride Raful se han visto “con
el agua al cuello” por la presión de críticos
El Partido Revolucionario Moderno (PRM) se puede decir que se sirvió con la cuchara grande de la creciente influencia que ejercen las redes sociales en los temas de nación. Las críticas más duras, consistentes y descarnadas al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y Danilo Medina se desarrollaron en las redes sociales y los resultados de las elecciones dan fe de que el gran beneficiario fue el hoy gobernante PRM. Con tan solo dos meses y diez días al frente del Estado, se puede decir que el PRM ha recibido mucho de su propia medicina por las críticas en las redes de los usuarios.
El presidente Luis Abinader ha sido duramente criticado por la designación
de varios miembros de una misma familia en diversos cargos del gobierno. Pero
el frenazo más grande tuvo que darlo para retirar los impuestos que tenía
previstos en el presupuesto del 2021. La presión fue tan fuerte que en solo 48
horas después de conocerse la noticia, el gobernante tuvo que darle una especie
de tranquilizante a los críticos de que estudiaría la viabilidad de los nuevos
impuestos y luego en un discurso al país no tuvo otro camino que dejarlos sin
efecto.
Pero el caso más elocuente es el de la senadora Faride Raful. Se puede
afirmar que la senadora de la capital es una política de las redes, fue con esa
plataforma que logró la gran proyección política que ha tenido en solo cuatro
años. En sintonía con el pensamiento de los usuarios de las redes sociales, la
también vicepresidenta del PRM, se sumó a las voces críticas contra el desacreditado
Barrilito (fondo de asistencia social que reciben los senadores) y prometió en
campaña que renunciaría a ese privilegio.
Cuando tuvo que decidir, la legisladora no cumplió su promesa y recibió
cerca de un millón de pesos en el primer mes. Los usuarios de las redes que
antes la auparon como a nadie, la recriminaron con dureza por no cumplir su
promesa y así la obligaron a renunciar.
El caso más duro que ha tenido que enfrentar el gobierno es el de la
ministra de la Juventud en licencia, Kimberly Taveras, que luego que el
programa de la periodista Nuria Piera hizo varios trabajos, incluyendo una
entrevista a la funcionaria, los usuarios de las redes asumieron el tema. Antes
de que la ministra anunciara que tomó una licencia sin disfrute de salario, en
las redes crecían la demanda al presidente Abinader para que la destituyera del
cargo y otros pedían su renuncia.
Su episodio más cuestionado ha sido que en su cita con la Procuraduría se
negó a responder las preguntas del fiscal adjunto y director del Procuraduría
Especializada Contra la Corrupción (Pepca), Wilson Camacho.
El último escándalo del gobierno se generó por el logo de Marca País, luego
de que los usuarios se ocuparan de poner en evidencia que supuestamente un
creativo ruso hizo un logo similar en el 2014. Por la acción la publicitaria
Kraneo ganó la licitación para desarrollar el logo y Pro Dominicana se vio en
la necesidad de emitir un comunicado explicando que la empresa fue contratada
en la pasada gestión. De no ser por las redes, probablemente ese tema no se
hubiese dilucidado públicamente.
Un caso difícil lo tiene el ministro de Industria y Comercio Víctor (Ito)
Bisonó, ya que que cada viernes los usuarios de las redes están pendientes de
si suben los precios de los combustibles para recordarle “la formulita” sobre
el precio de los combustibles que él hizo famosa en la campaña.
Con el PRM y los nuevos funcionarios parece que se cumple la advertencia
que ha hecho el economista y politólogo venezolano, Moisés Naím, de que “hoy,
el poder es más fácil de obtener, más difícil de usar y más fácil de perder”.
Para el especialista y consultor en comunicación, Melvin Peña, las redes
sociales para los políticos son a la vez el “sueño ideal y la peor pesadilla”.
“Para los políticos, las redes sociales son de gran utilidad porque pueden
llevar su mensaje directamente al público sin la intermediación de los medios
periodísticos profesionales. La desintermediación, como le llaman en los
Estados Unidos al fenómeno, es un sueño para los políticos porque permiten
parecer cercanos y al mismo tiempo prescindir del cuestionamiento de
periodistas profesionales”, expresó Pérez.
Sostuvo que las redes sociales sirven para que los usuarios puedan
monitorear a los actores públicos y “gritarles en un altísimo coro cuando no
cumplen sus promesas o cuando desaprueban sus conductas”.
Esclavos de lo que dicen porque redes son archivo
Melvin Peña sostuvo que las redes guardan memoria y han resultado como un
tremendo archivo digital. “Los usarios lo utilizan como un archivo de
verificación de datos, balance y chequeo para recordarle a los políticos sus
promesas”, explicó. El consultor en comunicación señaló que una parte oscura de
las redes es la burbuja digital en que mete a sus usuarios. “Hay quienes
tienden a creer que Twitter es el mundo, y allí estamos solo una inmensa minoría;
eso sí, una minoría muy militante y que se hace sentir”, dijo. Agregó que las
redes sociales son más importantes porque se han convertido en una fuente de
información para los periodistas que luego la difunden por los medios
tradicionales de información como los periódicos y la televisión.
El especialista y consultor en comunicación Melvin Peña sostiene que las
redes son un sueño y una pesadilla para los políticos.
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