Ángel Lockward
Santo Domingo, RD/Tomado de Listin Diario
Apocos días de iniciada la presente Administración, ante el rechazo general, el
Gobierno dio reversa a los impuestos incluidos en la nueva Ley General de
Gastos Públicos, poco después, la Ministra de la Juventud, sin haber cobrado un
sueldo, se vio obligada a renunciar por problemas en su declaración de bienes
–que sin haber tenido una amnistía fiscal podrían imputarle al 90% del
Gabinete- y ahora, en las redes se pide la renuncia de Peña Guaba, por errores
administrativos; la presión en las redes empieza a cuestionarlo todo, muchas veces
sin razones de peso: Eso es porque esta gestión eligió dirigir el país a través
de una democracia de audiencia, como la desarrolló Bernan Mannin a finales del
siglo pasado.
La democracia liberal
–representativa– basada en prácticas electorales ampliadas a todos y contentiva
de ciertos paradigmas fue definida por Robert Dhall como una Poliarquía en
1968, ésta sufrió mutaciones a partir de la caída del Muro de Berlín de la
desintegración de la URSS, procesos acelerados por el fenómeno de la
globalización que conectó al mundo en tiempo real creando una significativa
interdependencia que dio paso a la revolución informática sin ningún filtro o
control.
Los partidos políticos instituciones
creadores de voluntad popular –y puentes de reivindicaciones junto a los
sindicatos, las denominadas “fuerzas vivas” que no eran más que grupos de
presión y las Ongs-, quedaron afectados además por malos manejos, entraron en
crisis.
En RD no hemos sido la excepción, el
PRSC colapsó a partir del 2002, el PRD en el 2012 -los dos partidos más viejos
e importantes se convirtieron en irrelevantes-, proceso que inició en el 2019
el PLD. Los partidos de notables, protagonistas de más de más de 70 años de
historia ya no existen, gobierna el PRM una organización sin historia en que
las otrora altas figuras de la organización que le dio origen son de segunda y
tercera línea.
En RD no hemos sido la excepción, el
PRSC colapsó a partir del 2002, el PRD en el 2012 -los dos partidos más viejos
e importantes se convirtieron en irrelevantes-, proceso que inició en el 2019
el PLD. Los partidos de notables, protagonistas de más de más de 70 años de
historia ya no existen, gobierna el PRM una organización sin historia en que
las otrora altas figuras de la organización que le dio origen son de segunda y
tercera línea.
Sin solidaridad interna y, con un
hombre joven, con buenas intenciones, se inicia la primera gestión de nuestra
historia que corresponde a una democracia de opinión pública a través de la
red, que decide en base a ella, al margen de sus veleidades y frivolidades:
Recientemente falleció en una cirugía para levantar las nalgas en Colombia la
mexicana, Joselyn Cano, quien a base de subir fotos semidesnuda y sin haber
incluido una sola oración sobre la patria, la economía, la seguridad social o
sobre cualquier ámbito de la vida republicana, tenía 12 millones de seguidores.
El mismo Presidente Abinader – hace
poco- luego de reunirse con los directores de medios tradicionales, sostuvo un
ameno encuentro con los “influencers”, que hoy son los propaladores de
información más dinámicos en la red: Cuando un periódico, luego de revisar la
veracidad de una información la publica, ésta ha dado la vuelta al mundo en la
red a donde la sube cualquier persona, sin ninguna responsabilidad penal o
civil, sin ninguna verificación de autenticidad.
En el marco de esa nueva realidad el
Gobierno inició las actuaciones de persecución criminal en contra de ex
funcionarios y familiares por supuestos hechos de corrupción: La red es un
“tribunal del pueblo que condena por aclamación” séase culpable o inocente, por
esa genera un justificado temor en todos, pues en ella hay gente bien
intencionada, simples antisistemas, locos y chantajistas y, la voz de todos se
une desde las gradas pidiendo la pena de muerte, aunque esta sea moral y civil,
ejerciendo sobre la Justicia formal una notable presión.
Cierto que los primeros condenados
son los adversarios cuyo mal comportamiento los coloca en la mira como objeto
de la ira pública, es dable pensar que puede obtenerse como beneficio que, los
propios, los que hoy ocupan funciones se sientan intimidados y eso los lleve a
un mejor comportamiento: Pero ese temor también puede conducir a muchos a una
parálisis pues en el Estado cualquier decisión afecta intereses y complacer a
todos, es imposible.
El Presidente va por los caminos de
la República ordenando cuestiones vitales para el país: Muchas están dando
vueltas sobre el escritorio porque los funcionarios temen tomar disposiciones
administrativas, unos por miedo y otros por incompetencia.
Si la renunciada Kimberly, sin haber
firmado un libramiento u oficio dejó el Gobierno por cuestionamientos a
situaciones previas a su designación y, ha sido colocado en el ojo del huracán
Peña Guaba por hacer lo que desde hace semanas se venía pidiendo, aunque errara
en el procedimiento y, a ninguno, ni sus compañeros los defendieron… el temor a
la red paraliza a la Administración, que esta enredada en su propia soga,
secuestrada sin saber de quién.
Igual a como se hizo en “fase” el
Estado dispuso ayudar a los músicos es una asistencia y, el error no está en
donde indica Contrataciones, sino en el hecho de que se entregó a los
directores y no directamente a los músicos como debió ser; los funcionarios no
pueden delegar sus atribuciones y responsabilidades.
La labor de los funcionarios
públicos en un Estado Social y Democrático de Derechos la ciudadanía puede y
debe controlarla; se controla, conforme dicta la Constitución en su artículo
139 a través de los tribunales, dejarla a la red ha sido un error que afectará
sensiblemente las ejecutorias del Gobierno: Es más fácil subir un chisme que
apoderar al tribunal de una instancia.
La Democracia en un Estado como el definido
en el artículo 7 de la Constitución tiene sus instituciones y contempla los
medios para controlarlas, a ellas y a sus agentes: Ojalá que el 2021, traiga
ánimos renovados para que el Presidente Abinader nos conduzca por sus caminos
y, aleje al país de gritos y tumultos que provocan injusticias e inestabilidad.