lunes, 13 de junio de 2022

HOTEL GUAROCUYA: Presión social, protagonismo, hipocresía y la realidad con esa edificación histórica, patrimonio cuatriboliao y minoso

Redacción MDJL/DDB/IB…Estilo Bloguero
De los antecedentes históricos sobre el Hotel Guarocuya de Barahona se ha escrito mucho. Don Virgilio Gautreaux Piñeyro y Carlos Diloné, han publicado excelentes artículos sobre ese aspecto. En el presente trabajo queremos abocarnos a sacar a relucir todo cuanto ha acontecido y acontece respecto a los cuatriboliaos y minosos con ese patrimonio de nuestra Perla del Sur.

PRIMERO.-La negociación con el periodista Melton Pineda, para que dejara el Hotel Guarocuya, con la finalidad de convertirlo en un hospital oncológico se hizo de forma discreta, hasta que “por fin explotó” y salió a debatirse en los medios. Desde entonces se supo de los aprestos entre el Gobierno, supuestamente la Liga Dominicana contra el Cáncer y el comunicador a que hacemos referencia. Incluso, el diputado Moisés Ayala, llegó a opinar de las “bondades que implicarían para esta provincia y la región tener un centro de salud de esa naturaleza. La explosión no se hizo esperar. Las redes sociales, programas radiales y televisivos interactivos locales y nacionales fueron invadidos con opiniones en contra de esa iniciativa que se estaba gestando “por lo bajo”.

SEGUNDO.-Ante la guerra de opiniones y comentarios negativos, se gestaron los movimientos de protestas, con movilizaciones de entidades sociales hasta el lugar en donde actualmente se encuentra el Hotel Guarocuya. Desde el Gobierno se dieron las contradicciones; la gran mayoría en contra, mientras otros callaban. El alcalde Míctor Fernández, en ese entonces fijó posición de “oposición a la construcción”, exponiendo que se podía hacer en otro lugar, señalando de forma específica sitios que estaban hábiles para hacer el oncológico en cualesquiera de esas áreas. Ante la presión social persistente, al parecer se creyó que se había desistido de la idea y el tema duró varias semanas “calladito”. Se puso allí vigilancia y se mantuvo sin ninguna acción que implicara construcción alguna, y los barahoneros se quedaron tranquilos.

TERCERO.-En la pasada semana, desde la denominada Embajada de los Comunicadores en el malecón, Daniel Urbáez y Néstor Laurens, divisaron a un ingeniero, que junto a obreros, estaban colocando planchas de aluzinc en todo el entorno del Hotel Guarocuya, con el propósito de cercarlo para iniciar los trabajos de reconstrucción de una obra, que se supone sería el hospital oncológico, tal como se tenía contemplado. Esos comunicadores lo dieron a conocer por las redes sociales, y de inmediato se encendió el debate en contra de ese propósito. Programas en vivo allá, encendidos de vela en el área, aprestos de marchas con fecha programada y un ataque incesante que trascendió a los medios locales, siendo hasta expuesto en prestigiosos programas interactivos de la capital.

CUARTO.-Ante la campaña mediática en contra de los aprestos contra el Hotel Guarocuya, las voces que se habían levantado y los movimientos que se estaban organizando, desde el Gobierno local deciden actuar prontamente. El primero en hacerlo, siendo coherente en su accionar, fue el alcalde Míctor Fernández, quien escribió un artículo en donde nuevamente expuso su oposición a la idea macabra contra ese patrimonio de los barahoneros. Varios regidores siguieron la misma línea en Facebook. Se supo de dirigentes del PRM, que han estado opuestos desde el principio, se iban a comunicar directamente con el presidente Luís Abinader para sugerirle que se desistiera del proyecto del oncológico en ese lugar. El diputado Moisés Ayala, rectificando, da a conocer que las intenciones de la construcción del referido centro de salud en esa área del malecón se dejaban sin efecto, expresando que se había conversado con el primer mandatario de la nación. Ya en la mañana de hoy, un grupo de empresarios y comerciantes de esta provincia se aglutinaron en la plazoleta Duarte de este municipio, como forma de hacerle ver a las autoridades locales y al presidente de la República que estaban opuestos a que se tomara el Guarocuya para un oncológico.

Lo anterior refleja los efectos de la presión social, el protagonismo, la hipocresía y la realidad con esa edificación histórica, patrimonio cuatriboliao y minoso, tal como titulamos este artículo.

Desde Diario Digital Barahona e Impacto Barahonero, desde el principio hemos fijado posición respecto al Hotel Guarocuya y la construcción de un hospital oncológico en Barahona. Valoramos la importancia de una obra de esa magnitud para la región Enriquillo, teniendo su centro de operaciones en este municipio. Pero siempre nos opusimos, y nos seguimos oponiendo, a que se haga en donde está ese atractivo turístico de nuestro malecón.

LA REALIDAD SOBRE LA OBRA.-Lo cierto es que cuando se inició a cercar con planchas de aluzinc, con un ingeniero al frente y varios obreros, hay que entender que algo había sucedido. Es probable que la obra fuera asignada a contratista y que se diera paso a su ejecución de inmediato. Pero más lejos aún, es posible que ya se haya entregado valor inicial de cubicación. De ahí que, aunque se diga ahora que el oncológico no va en ese lugar, que se habló con el presidente Abinader, debemos seguir vigilantes para que no se vuelva siquiera a intentar proseguir con el “despropósito”.

QUE PROCEDE AHORA.-Si realmente desde el gobierno se ha desistido de convertir el Guarocuya en un oncológico, se debe estar claro en qué queremos los barahoneros que prime en ese lugar. Desde esta tribuna comunicacional somos de opinión que el hotel siga ahí, que funcione como tal, que se ponga en arrendamiento para que inversionistas privados puedan participar de la propuesta, y que los que logren su alquiler lo remocen y lo pongan en condiciones de un hotel de categoría, lógicamente sin quitarle a los cuatriboliaos el acceso a estar en la rotonda del malecón y toda el área circundante, como ha sido la tradición hasta ahora.