viernes, 8 de julio de 2022

EXCELENTE ARTÍCULO! El dilema de la tasa de política monetaria del Banco Central

Por Haivanjoe NG Cortiñas/www.eldinero.com.do 
Asumir el Esquema de Meta de Inflación implica para cualquier economía emergente una tarea desafiante, debilidades institucionales de todo tipo, escasa cultura gerencial acerca de la gestión macroeconómica e influencias políticas, hace complicado el cumplimiento de la meta de inflación, especialmente en una situación atípica como la actual, que combina problemas de inflación mundial, generada por factores monetarios en el inicio, interrupción del suministro normal por los atascos del transporte comercial marítimo, la política de cero covid-19 en China, con su expansión más crítica en el 2022 y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y sus consecuencias.

En ese entorno, a la autoridad monetaria dominicana hasta el momento se le ha dificultado alcanzar gerenciar la inflación, llevándola al nivel de la meta, así como, de manera simultánea, propiciar crecimiento económico. El entramado que se produjo con la expansión monetaria de hasta un 21% del producto interno bruto (PIB) y de un gasto público también, de hasta un 25% a partir de la pandemia por covid-19 y que posibilitó un posterior inicio de la recuperación económica con características de sobrecalentamiento, hizo que los precios desde julio del 2020 hasta la fecha, se tornaran más próximo a la permanencia, que a la transitoriedad.

Desde el inicio de la subida de los precios en julio 2020, hasta mayo del 2022, la economía dominicana ha acumulado una tasa de inflación de un 16.7%, indicador que hace superar a la meta de inflación en un 4.5 puntos porcentuales (pp) para el 2021 y lo que va del 2022 en un 5.47 pp.
El conflicto entre la dominancia fiscal y monetaria hizo perder el foco del cuidado a la elevación de los precios, además, de hacer que la postura monetaria reaccionara en forma tardía para gerenciar la inflación en forma oportuna. Dos objetivos no prioritarios hicieron desenfocar el combate a la inflación dominicana.

El primero, relativo al interés de las autoridades gubernamentales de presentar la vanidad del crecimiento económico del país, como uno de los más alto de la región latinoamericana y, el segundo, el de revertir la tendencia que llevaba el tipo de cambio, que se había depreciado, llevándolo luego al nivel de apreciación monetaria de un 4.45% en lo que va del 2022, una forma de desmontar el mal recuerdo del pasado de la gestión gubernamental de los años 2002-2004, donde el tipo de cambio pasó de RD$17.76 a RD$55.42 y los ciudadanos dominicanos conservan un mal recuerdo de la época.

Mientras la dominancia fiscal hizo prevalecer su objetivo, que era el de que el Gobierno registrara un crecimiento del PIB de dos dígitos, promovido por la expansión de la demanda agregada -independiente del rebote estadístico-, de compresión para unos pocos, la dominancia monetaria neutralizó su posición monetaria para no restarle liquidez a la economía, presentando como argumento, primero que la inflación era transitoria, luego importada y más recientemente, que tiende a la meta, por esas razones, su caja de herramienta solo fue actividad para noviembre del 2021, cuando la inflación había echado raíces, hasta a alcanzar a las expectativas inflacionarias. De ahí que, podríamos enumerar lo siguiente:

De noviembre de 2021 a julio de 2022, la autoridad monetaria elevó varias veces su tasa de referencia, de un 3% a un 7.25%, la mayor en los últimos 161 meses.
La reacción de la posición monetaria hasta la fecha no ha tenido los efectos procurados, por el lado de la tasa activa promedio ponderado es de un 9.92%, apenas un incremento de un 1.02 pp.
El resultado ha sido neutro sobre la demanda de crédito privada, que ha crecido en un 13.7% hasta finales de junio, mientras que, a junio del 2021 la expansión fue de un 9.4%.
El PIB ha crecido en un 5.8% a abril, ligeramente superior a la meta de 2022 y la tasa de inflación es de un 9.47%, evidenciando un efecto nulo sobre los objetivos intermedios y finales de la subida de la tasa de política monetaria.
Por su lado, la oferta monetaria ha crecido en un 13.5% a finales de junio de 2021 y aunque se encuentra dentro del rango previsto en el programa monetario del año en curso, la evidencia no parece favorecer el parámetro del 14.5% de expansión del mencionado programa, sugiriendo, que debe reducirse para apoyar la medida del alza en la tasa de política monetaria, en su interés de gerenciar la inflación, hasta el momento no alcanzada.
El “logro” de la apreciación monetaria tiene efectos contrapuestos, unos que lo favorecen y otros que lo perjudican, dependiendo de la posición del que genera divisas, como el sector exportador que lo afecta, al recibir menos dinero en pesos, cuando es afectado por la inflación en esa moneda y los que consumen divisas, ubicados en los importadores, que lo beneficia, al comprar en el exterior con moneda nacional más barata. En la lógica de que la inflación viene del exterior, fomentar el consumo importado por la vía de la apreciación monetaria, resulta contraproducente, porque importa inflación; aunque puede argumentarse que reduce la presión inflacionaria por la vía de la apreciación cambiaria.

Al margen del “logro cambiario”, lo cierto es que el país tiene la más alta inflación de los últimos 14 años. El combate a la elevación de los precios, necesariamente para el corto plazo puede alcanzarse disminuyendo la tasa de crecimiento de la economía. Los objetivos de baja y estable inflación con crecimiento económico, en un entorno como el actual no resultas posibles.

Un buen mensaje no contaminado en lo local por el interés político, resulta ser el de las principales economías del mundo, que, ante la realidad de la disminución de la actividad productiva, han reestimado sus proyecciones económicas a la baja, ante la alta posibilidad de que entren en una etapa recesiva o bien de estancamiento. Tal es el caso de Estados Unidos, donde la Reserva Federal de Atlanta, la semana pasada dio a conocer el resultado del segundo trimestre del 2022 en forma anticipada con un -2.1%.

Las autoridades nacionales harían bien comunicándole al país con cual objetivo de política económica se quedan:

Bajar la inflación con desaceleración del crecimiento económico.
La continuación de la elevación de los precios, que necesariamente provocará inestabilidad y derivará en una caída de la economía, con el agravante que, al situarse por el lado de la disminución de la oferta, la inflación seria más severa, en particular con un nivel de oferta monetaria como fue comentada precedentemente.
República Dominicana que se encuentra ubicada en la ruta de huracanes, ojalá para este 2022 un evento de ese tipo, de magnitud importante no afecte al país, pues de acontecer, agravaría el tema de la oferta alimentaria interna, que unido a la preocupación mundial que presentó la Naciones Unidas recientemente, acerca de la posibilidad de una hambruna por crisis alimentaria, pueda hacer propagar una segunda ola de inflación por el lado de la disminución de la oferta, que resultaría más grave que la primera ola de inflación que estuvo asociada por el lado de la demanda.

En resumen, existe abundante evidencia empírica y respaldo en la literatura económica, como para saber de manera anticipada que el ajuste de la tasa de referencia al alza, implica el dilema del abordaje de disminuir la inflación con sacrificio en el PIB y las autoridades deben asumir con responsabilidad las decisiones que implica, como una solución más duradera y saludable para la economía nacional.

ETIQUETAS: INFLACIÓNPOLÍTICA MONETARIA
Haivanjoe NG Cortiñas
Haivanjoe NG Cortiñas
Economista, conferencista y autor de los libros: Hechos monetarios y fiscales, Casi todo sobre economía dominicana y Falsabilidad en la economía dominicana.