FEDERICO A. JOVINE RIJO/Listin Diario
22/08/2024 00:00 | Actualizado a 22/08/2024 00:00
Mediante decreto No. 453-24 del 20 de agosto, el presidente Luis Abinader dispuso la constitución de la Empresa Minera Dominicana (EMIDOM), la cual tiene como “objeto social principal la exploración y eventual explotación de recursos mineros estratégicos del Estado, incluyendo la Reserva Fiscal Minera “Ávila”[…]” (art. 2), establecida mediante decreto No. 430-18, para propiciar la “exploración y evaluación de posibles yacimientos de “Tierras Raras” a ser desarrolladas directamente por el Estado […] en Pedernales…”.
El interés por las Tierras Raras es cada vez mayor: el desarrollo presente y futuro de las humanidad se sostiene en ellas. Ese conjunto de minerales –escasos, dispersos y finitos– es clave en la revolución tecnológica del siglo XXI, la inteligencia artificial, la carrera espacial, la industria armamentística de última generación y un largo etcétera.
Como consecuencia de lo anterior, su descubrimiento, explotación y aprovechamiento es un asunto de importancia geoestratégica mundial. Y es que en función de una serie de minerales se está redefiniendo el nuevo orden mundial; y así como China ejerce el liderazgo planetario en su procesamiento y suministro, Estados Unidos (y Occidente) apuesta por equipararse y superarle; de ahí que cada jugada que en ese sentido se da a nivel de las naciones, se encuadra en el tablero del Gran Juego que estos dos bloques disputan.
La decisión del presidente Abinader de constituir una compañía accionaria de capital público con el objeto de impulsar la exploración, explotación, procesamiento y comercialización de Tierras Raras, constituye la señal más firme e inequívoca del compromiso del gobierno de no dar la espalda a esa inconmensurable riqueza que Dios ha puesto en nuestras manos (otra más), y darle el frente con responsabilidad y firmeza.
PUBLICIDAD
Somos una nación bendecida por la naturaleza y así como hay oro, hierro, cobre, bauxita, níquel, indicios de petróleo, litio y certidumbres en Tierras Raras, así también hay lecciones aprendidas en torno a cómo debemos explotarlas de manera ambientalmente sostenible y que sean capaces de generar crecimiento con equidad, en función de las experiencias de explotaciones mineras anteriores; las cuales, si bien aportaron recursos, riquezas y crearon capacidades técnicas nacionales, también dejaron una dolorosa enseñanza en materia de exclusión y pasivos ambientales irresueltos.
Con reservas estimadas entre 60,000 y 90,000 millones de dólares, la Reserva Ávila –según levantamientos cartográficos no oficiales– está encuadrada entre los Parques Nacionales Bahoruco y Jaragua –sin tocarlos–, pero, así como su ubicación permite su explotación, así también obliga a hacerla apegada al cumplimiento de los más altos estándares internacionales en conservación; y ello conlleva, más allá del cumplimiento de la ley y la licencia social, formular un modelo de explotación minero paradigmático, sobre todo por Pedernales.
Porque lejos de darle la espalda a su pasado minero, la realidad es que en Pedernales pueden coexistir la explotación de Tierras Raras y bauxita, conjuntamente con el desarrollo del polo turístico de hoteles y cruceros… y el desafío es ese.