El viaje del ministro de la Vivienda, Carlos Bonilla, para ver nuevas tecnologías de construcción de residencias en Albania tiene un manto de misterio que el funcionario debe aclarar, con urgencia.
Primero dijo que no tajantemente, luego cambió la versión a que había sido un viaje profesional, después ha resultado que andaba con un exembajador de Estados Unidos en la República Dominicana.
Ha movido cielo y tierra para dejar claro que no ha tenido que ver con ninguna posibilidad de negocio surgida por esos lares...
Está extraño.