Por Virgilio Gautreaux P.
El 4 de Junio de 1889 los Diputados barahoneros Jaime Mota y Rafael Damirón en una brillante exposición a sus colegas legisladores, destacaban que la joven Provincia de Barahona estaba abandonada. Pobre en medio de su natural riqueza y sometida a la peligrosa y desleal competencia comercial haitiana. Ambos observaban con preocupación que el descuido gubernamental con la zona, contribuía a incrementar la peligrosa influencia haitiana. Por ello solicitaban que el Congreso Nacional dictara aquellas medidas que vayan “preparando su salvación”. Para ello, solicitaban un conjunto de obras desarrollistas y políticas impositivas, con el objetivo de impulsar el siempre anhelado crecimiento de nuestra demarcación. En Cuanto a la presencia haitiana solicitaban un “remedio heroico”, una ley protectora de los intereses nacionales en esas comarcas sometidas a la voracidad de nuestros vecinos haitianos, advirtiendo que esa comunicación frecuente con ellos, “llegará a estrechar vínculos de otro género”.
Dentro de las iniciativas propuestas al Congreso por estos distinguidos barahoneros, estaba una reducción de derechos de importación de un 20 -25 % en los géneros del algodón y otros artículos de consumo general, que se introduzcan por el puerto de Barahona, a la vez que se impidiera su introducción por otros lugares. También el establecimiento de aduanas terrestres en la frontera, así como otras disposiciones que redundaran en beneficios para esa demarcación.
Resaltaban los Diputados Mota y Damirón la importancia de que se construyera el ferrocarril Barahona-Neiba, para lo cual reclamaban que a esa vía se le otorgaran por decreto franquicias, garantías y hasta recompensas, para atraer inversionistas. A tales efectos, solicitaban que dicha obra debía declararse de alto interés político y económico. Expresaban también estos legisladores que Barahona contaba “con terrenos muy ricos, buenos puertos para embarque de frutos y que lo que faltaba era que acudieran allí capitales para el fomento de fincas de cacao, café, coco, caña y tabaco, favorecidas por condiciones envidiables”.
En su exposición destacaban que no había en Barahona una casa propia para la Gobernación; la Comandancia de Armas estaba en mal estado; la cárcel era limitada y su seguridad “no es suficiente para impedir la fuga y fomentaba la impunidad de los crímenes”. Precisaban además, que no había en Neiba, Las Damas (hoy Duvergé) y Enriquillo, una casa de Gobierno propia para Comandancia ni lo demás que exige la buena organización de una Común. Apuntaban que la iglesia de Enriquillo estaba en un ranchón miserable, para cuyo techo solicitaban una donación gubernamental.
Más adelante afirmaban que era preciso que el Congreso se ocupara de prohibir el tráfico comercial existente con Haití basado en la expedición de pasaportes y permisos otorgados por los jefes comunales, por considerarlo un contrabando disfrazado, que además afectaba las recaudaciones aduaneras.
Ambos legisladores sometieron luego dos Proyectos de Ley para conjurar la penosa situación. Veinte días después (24 de junio del 1889) una Comisión designada por el Congreso rindió su informe favorable para que se asignaran $4,500 para la construcción de Casas de Gobierno en Barahona, Neiba, Enriquillo y Las Damas. También para la construcción de una cárcel pública para Barahona. Igualmente recomendaba autorizar al Poder Ejecutivo la compra de 50 quintales de zinc para techar la iglesia de Enriquillo.
25 años después-en Febrero de 1915- los legisladores barahoneros Jaime Sánchez y Calazán Féliz casi con los mismos argumentos, someten un Proyecto de Ley para un conjunto de obras dentro de las cuales estaba la construcción de la carretera Barahona-Neiba, así como casas de gobierno y cárceles en Barahona, Neiba, Enriquillo, Duvergé y Cabral.
En el año 2009-es decir 120 años después del 1889-neiberos y barahoneros estaban reclamando una serie de obras de desarrollo tales como la reconstrucción de la carretera Neiba-Barahona, canales de riego, edificios públicos y otras infraestructuras destruidos por los ciclones del año anterior [2008] sin que a nadie le importara un carajo. Los barahoneros reclamaban el reinicio de importantes obras paralizadas (Centro Universitario) y la iniciación de otros proyectos estratégicos (Presa de Monte Grande, 2da etapa de Acueducto, etc.), así como la aprobación definitiva del contrato para que el proyecto de las Aguas Termales (más de 20 mil millones de pesos), se inicie. Esta importante infraestructura en el Municipio de Canoa, Barahona, finalmente fue saboteada por sicarios gubernamentales y legisladores al servicio de los carteles turísticos y por orden de los poderosos miembros de las familias dueñas del país.
Esta cruda realidad, debe servirnos de experiencia para saber que no sólo bastan iniciativas serias y preocupación sincera de la sociedad civil por nuestro desarrollo socioeconómico. Se requiere de acciones cada vez más contundentes para que la clase política dominicana, los legisladores, los gobiernos locales y nacionales, atiendan los reclamos de nuestra colectividad barahonera.
Otras comunidades del país entendieron que desarticularse por motivos políticos y dividirse localmente, las alejaba de los mecanismos de decisión del Estado y cerraron filas en favor del desarrollo de sus demarcaciones. Por eso crearon mecanismos de convergencia y alianzas estratégicas, que al final resultaron favorables a sus aspiraciones desarrollistas. Es decir, las fuerzas motrices de sus sociedades, pasaron de las permanentes críticas ácidas contra gobiernos, a la creación de mesas y plataformas de discusión que trajeron como resultado el levantamiento de obras de infraestructuras e implementación de diversos programas de desarrollo.
La tenacidad de Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela, Duarte y Martí, debe ser la antorcha que nos guíe en esta búsqueda del ansiado desarrollo.
Por último, queremos resaltar que resulta increíble cómo actualmente sectores desarrollistas y algunas autoridades locales de Barahona, procuran la modernización y transformación del principal muelle de la ciudad y convertirlo en una infraestructura moderna, adaptada a la llegada de cruceros para dinamizar la actividad comercial ligada al turismo. Estos eran más o menos los mismos propósitos de los Legisladores Mota y Damirón con respecto al puerto barahonero, hace 136 años !!!!!!!!!
Actualmente la sociedad civil, el empresariado y los grupos ambientalistas de la Perla del Sur, reclaman la construcción de un puerto industrial en Punta Manzanillo para que los productos agropecuarios con vocación exportadora y de transporte de cabotaje del Valle de Neiba y del Valle de San juan, sean embarcados por esta infraestructura. A estos embarques se sumarían también los abundantes minerales no metálicos del Valle de Neiba, tales como yeso, sal, travertino, roca caliza y carbonato de calcio, entre otros.
Explotando el Carbonato de Calcio del Valle de Neiba, se cumpliría la máxima aspiración de miles de personas del pueblo de Barahona y las decenas de miles de habitantes que residen en los municipios costeros, que dependen para subsistir, alimentarse y tomar agua potable, de las fértiles montañas y los diferentes ecosistemas naturales de la Sierra de Bahoruco. En tal sentido, debe cesar de inmediato la acción criminal y destructora de la Belfond Enterprises.
No van a engañar a los y las barahoneras con el jueguito de “manejar el polvillo” en el proceso de embarque en el muelle: Se trata de que DEBE PARARSE INMEDIATAMENTE LA DESTRUCCIÓN DE LA SIERRA DE BAHORUCO !!!!!