21 agosto, 2025/El Caribe
El PLD no puede hundirse más porque ya tocó fondo. No puede adelantar, porque cuando parece que va por ese camino, surge algo que lo vuelve a atrasar. En el mejor de los casos el partido morado, el más ganador de elecciones de los últimos 30 años, se ha quedado estancado, probablemente en el nivel registrado en los comicios del 2024.
Los dos golpes
Los casos judiciales de los últimos años que involucran a ex funcionarios, y el éxodo de miembros hacia otros destinos políticos son los dos factores que más han incidido en la debacle del PLD. En cuanto a lo primero, se podría decir que ya el daño está hecho. No parece que sea un tema con capacidad de afectar la marca más de lo que ya lo ha hecho. Pero no puede decirse lo mismo del otro aspecto. La mudanza constante de peledeístas le ha hecho un gran daño al PLD y lo sigue haciendo.
El doble efecto
La salida de un dirigente o un grupo desde el PLD provoca un efecto doblemente dañino para ese partido. Lo primero es la salida como tal, el hoyo que se provoca en la estructura, y lo segundo es el efecto mediático, casi tan poderoso como el primero. Es un mensaje hacia adentro y hacia afuera, de que el partido se derrumba y de que no hay esperanzas ni fe en la posibilidad de un relanzamiento. Las salidas, con destinos distintos, han sido constantes, con pocos y muy breves recesos.
Señales de vida
Por otro lado, el PLD está haciendo lo que le corresponde como partido de oposición. Tiene su propia “semanal” ya que cada lunes ofrece una rueda de prensa en la que cuestiona acciones o inacciones del gobierno. En las últimas tres semanas, el tema escogido ya ha sido tocado en el fin de semana previo por Danilo Medina, lo que indica que hay coordinación. Otro punto importante es que no solo está activo a nivel institucional, sino que también a nivel de aspirantes presidenciales. La reciente sentencia del TSE paró el montaje de la consulta pero no el ánimo de los que aspiran.