Santo Domingo - sep. 26, 2025 |
El Gobierno confundió la popularidad con el aplauso fácil. Y zigzaguea perdiendo ambas cosas. Desde el inicio prefirió patear las reformas hacia adelante, convencido de que la política se mide en encuestas y no en resultados. El precio hoy se cobra en una factura eléctrica insostenible, en la economía lenta y en la frustración de un pueblo que percibe más promesas que soluciones.
El espejismo de evitar costos políticos inmediatos ha resultado más caro que enfrentar la realidad. No se reformó el sistema eléctrico, donde las pérdidas y subsidios siguen devorando recursos públicos. No se emprendió la reforma fiscal que hubiera permitido ordenar ingresos y gastos con visión de futuro. Se apostó a la dádiva, a la ilusión de que la economía crecía sola, cuando en verdad se desfondaba la capacidad del Estado para sostener servicios básicos.
La inversión pública se ha reducido a proyectos emblemáticos y fotos inaugurales. La privada vacila entre la incertidumbre regulatoria y la ausencia de vientos auspiciosos. La consecuencia es un círculo vicioso: menos crecimiento, menos empleo, menos confianza.
El Gobierno que buscó simpatía rehúye ahora el costo de haberla perdido. La ciudadanía, menos ingenua de lo que los políticos suponen, distingue entre quien actúa y quien improvisa. El capital político se gasta rápido cuando no se acompaña de decisiones firmes. Y lo que pudo ser un mandato transformador se desliza hacia la oportunidad desperdiciada.
La popularidad no se compra con subsidios ni se eterniza con discursos. Se construye con reformas valientes, aunque duelan. Y esa lección, aprendida tarde, explica por qué un Gobierno que arrancó con respaldo amplio se encuentra hoy enredado en el desencanto. Obligatorio evocar la verdad histórica de Alfonso el Sabio, quien por mirar las estrellas, perdió la tierra.
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Aníbal de CastroAníbal de Castro
Aníbal de Castro carga con décadas de periodismo en la radio, televisión y prensa escrita. Toma una pausa en la diplomacia y vuelve a su profesión original en DL.