El anuncio del discurso del presidente del PRM fue una sorpresa para la mayoría de los miembros de la Dirección Ejecutiva del partido oficial. No se discutió en esa instancia, pero sí en un petit comité que tiene el PRM para decidir y ejecutar. Se supo, que el presidente de la organización promovió la alocución, aunque nadie quedó convencido, pero por lo que dijo el presidente Luis Abinader en LA Semanal, da la impresión de que al mandatario le gustó la idea.
Independientemente del contexto interno que caracterizó la decisión, de lo que no hay discusión es que esa puesta en escena fue como un tiro en el pie para el PRM. Si alguien tiene dudas, puede revisar las reacciones de la oposición, dentro del propio PRM y en la opinión pública en general.
La diputada Soraya Suárez, del propio PRM, se ocupó de decirle a Paliza cuál debió ser el contenido de su discurso.
“Faltó pedirle excusas al país, faltó que el Partido Revolucionario Moderno le pidiera excusas al país por haberle presentado una boleta donde hay tantas personas cuestionadas y ya otras, extraditadas, aquí todos fuimos víctimas, fueron contra todos con dinero sucio, debimos cuidar esa boleta, debimos cuidar el sistema de partidos”.
Si se mira hacia la oposición, ahora el tema principal será pedirle al PRM y al gobierno que identifique a los funcionarios electos y de la administración central que están señalados por participar en el crimen organizado, según confesó el propio ministro de la Presidencia, sin que nadie le preguntara. Anoche la FP envió una nota de prensa pidiendo oficialmente al PRM que revele los nombres de los vinculados al narcotráfico.
El discurso de Paliza lo que evidenció fue un acto de desesperación, porque el partido de gobierno está atrapado en una crisis de reputación sin precedentes por los casos de figuras vinculadas a su partido con acusaciones y confesiones de vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado.
Corroído por la vergüenza de lo que la ciudadanía observa con indignación, el partido oficial ha optado por una defensa basada en subestimar la inteligencia colectiva, al decir que lo que les ocurre es porque son mejores que los otros.
