R. A. López Ynoa
Siempre he
preferido externar mis opiniones en el
horizonte de los acontecimientos, por lo menos, un poco más allá de los hechos
para no caer en sugestivismo que pudiesen invalidar el razonamiento.
Pero esta vez quiero expresar lo que pienso en torno al
inicio del nuevo gobierno en la República Dominicana
cuando apenas éste comienza a siluetarse, porque vislumbro desde temprano que
el país ha entrado en una nueva etapa de transformación.
Quienes hayan
seguido mis opiniones sobre lo que debería ser el gobierno de Danilo saben que
desde principio dije que me conformaba con que Medina tradujera en agenda de
gobierno lo que como candidato le ofertó al pueblo dominicano. Y decía que
me conformaba porque entendía, y sigo creyendo, que el bienestar
colectivo del pueblo se traduce en bienestar individual de cada dominicano y de
cada dominicana.
Ya Danilo juró
como Presidente de la
República, y para satisfacción nuestra su primer discurso
como Presidente fue para decirnos a los dominicanos que cumplirá con lo que
prometió en la campaña electoral.
Esta postura,
coherente con su naturaleza y su personalidad, dice mucho y lo eleva, y decimos
esto porque en la psiquis del dominicano está la creencia, o por lo menos, la
percepción, de que una cosa es lo que se dice en la campaña, y otra cosa es la
que se hace ya como Presidente de la República.
En otras palabras, que una cosa es con guitarra y otra es con
violín.
Con su
discurso de toma de posesión Danilo nos dijo que tratará de que el sonido de la
guitarra –el de la campaña- sea igual, o por lo menos, semejante, al del violín
– el de la Presidencia-. Claro,
no lo dijo con estas palabras, pero sí con lo que dijo que hará en su gobierno.
Me satisfizo
oir al Presidente tomar en cuenta la
Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo,
porque como dije en un artículo anterior la puesta en ejecución de la END constituiría “un viaje de
transformación hacia un país mejor”, porque en esencia, la END es una ruta consensuada
que establece a dónde queremos los dominicanos llegar como Nación y, además,
traza las pautas de cómo lograrlo.
Creo que
Danilo podrá cumplir como Presidente lo que prometió como candidato, y para
ello tiene la disposición de hacerlo, sabe lo que tiene que hacer, y lo que es más importante, dijo que lo hará.
Más que
eso, tiene el compromiso y el deber ineludible con la historia, con el pueblo
que lo eligió, de mejorar las condiciones materiales de existencia del
dominicano, como pueblo, y del dominicano, como individuo.
Todo
dominicano, toda dominicana, estamos en el deber insoslayable de aportar
nuestro granito de arena para el éxito de este gobierno, de apostar a la
consecución del bienestar social, y a formar parte del concierto de voluntades
para hacer de este país lo que soñaron
sus fundadores, Duarte, Sánchez y Mella.