lunes, 25 de noviembre de 2013

KILSSY MENDEZ! Unas mariposas con las alas rotas

Unas mariposas con las alas rotas

fotoPor Kilssy Mendez_El 25 de noviembre de 1960 en la República Dominicana se produjo un acontecimiento que todavía en el día de hoy  duele en las entrañas de la tierra que tuvieron que absorber la sangre de tres mujeres heroicas tras su cobarde asesinato.

Este hecho llevó a la aún doliente República Dominicana, a presentar una propuesta ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), para que se designen todos los 25 de noviembre como el Día Internacional de la No Violencia en Contra de la Mujer; propuesta que contó con el apoyo de 80 países, siendo aprobada  el 17 de diciembre del año 1999.


Han pasado 53 años de aquella  masacre en donde el pueblo atónito no encontraba justificación para que hombres que tenían madres, abuelas, hermanas, tías, amigas y a lo mejor hijas, volcaran tanta ira en contra de estas patriotas que con la valentía de cualquier hombre, lucharon para destruir la tiranía imperante de Rafael Leónidas Trujillo.

Pero aunque suene absurdo y se me sacrifique en cierto sentido por lo que voy a decir, los asesinos sí tenían un móvil en ese tiempo, el dinero; o a lo mejor se les había ordenado cumplir con una imposición dada por uno los tiranos más cruentos de la época (¿Quién podía negársele al tirano?),  y en otro escenario más allá de una paga, era el intercambio entre  la vida de aquellos asesinos o la vida de las hermanas Mirabal, agregándole el factor de que no las conocían, no sentían ninguna empatía por ellas, era solo trabajo, un objetivo más como tantos ordenados por el jefe.

Este aéreo perfil psicológico que trato de hacer de aquellos asesinos, aunque no soy experta en la materia, es para enmarcar la diferencia entre aquel asesinato y de las matanzas indiscriminadas que anualmente estamos experimentando en nuestro país y que va en aumento a pesar de las campañas de concientización que se llevan en cada rincón de nuestro territorio, ya que a tan solo 329 días de este año 2013, sin contar las que por lujo o como parte de la celebración de la No Violencia en Contra de la Mujer, se realicen, como ha sucedido en años anteriores, van 126 víctimas de feminicidio, lo que daría un aproximado de una víctima cada tres días.

¿De qué nos sirvió aquel incidente atroz, si las mariposas que nacieron de aquel horrible acto para crear conciencia sobre la violencia en contra de la mujer  les hemos quebrado las alas?

Constantemente vemos morir a mujeres que son madres, esposas e hijas de sus asesinos, que en algún momento dijeron amarlas y dar la vida por ellas, darla no quitarla. Estos asesinos si conocen a sus víctimas, si sienten empatía por ellas, forman parte de su día a día, lo que nos dice que además tenemos una sociedad indolente en aumento.

Por años hemos querido justificar los celos, los gritos, los golpes, la limitación de la libertad de nuestras parejas como amor; cuando muy al contrario el amor es y debe ser siempre sinónimo de confianza, entendimiento, comunicación, cuidado y libertad; porque no podemos obligar a quienes están junto a nosotros en un momento dado, a permanecer a nuestro lado en contra de su voluntad cuando las razones que un día nos unieron se han terminado, porque eso de forma muy distinta al amor, es prisión.Nada es más real en esta vida que nada tenemos, que todo es transitorio, que debemos estar preparados para los cambios, que debemos acondicionar nuestras mentes a que nada es permanente, que con las manos vacías venimos y con ellas vacías y sin acompañamientos nos vamos, que no hay nada mejor en esta vida, que cada persona que entra en ella si lo desea pueda salir dejando un buen recuerdo que nos permita seguir creciendo y preparándonos para quizás, recibir relaciones mejores.