Unas mariposas con las alas rotas
Este hecho llevó a la aún doliente República Dominicana, a presentar una propuesta ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), para que se designen todos los 25 de noviembre como el Día Internacional de la No Violencia en Contra de la Mujer; propuesta que contó con el apoyo de 80 países, siendo aprobada el 17 de diciembre del año 1999.
Han
pasado 53 años de aquella masacre en donde el pueblo atónito no
encontraba justificación para que hombres que tenían madres, abuelas,
hermanas, tías, amigas y a lo mejor hijas, volcaran tanta ira en contra
de estas patriotas que con la valentía de cualquier hombre, lucharon
para destruir la tiranía imperante de Rafael Leónidas Trujillo.
Pero
aunque suene absurdo y se me sacrifique en cierto sentido por lo que
voy a decir, los asesinos sí tenían un móvil en ese tiempo, el dinero; o
a lo mejor se les había ordenado cumplir con una imposición dada por
uno los tiranos más cruentos de la época (¿Quién podía negársele al
tirano?), y en otro escenario más allá de una paga, era el intercambio
entre la vida de aquellos asesinos o la vida de las hermanas Mirabal,
agregándole el factor de que no las conocían, no sentían ninguna empatía
por ellas, era solo trabajo, un objetivo más como tantos ordenados por
el jefe.
Este aéreo perfil psicológico que trato de hacer de
aquellos asesinos, aunque no soy experta en la materia, es para enmarcar
la diferencia entre aquel asesinato y de las matanzas indiscriminadas
que anualmente estamos experimentando en nuestro país y que va en
aumento a pesar de las campañas de concientización que se llevan en cada
rincón de nuestro territorio, ya que a tan solo 329 días de este año
2013, sin contar las que por lujo o como parte de la celebración de la
No Violencia en Contra de la Mujer, se realicen, como ha sucedido en
años anteriores, van 126 víctimas de feminicidio, lo que daría un
aproximado de una víctima cada tres días.
¿De qué nos sirvió aquel
incidente atroz, si las mariposas que nacieron de aquel horrible acto
para crear conciencia sobre la violencia en contra de la mujer les
hemos quebrado las alas?
Constantemente vemos morir a mujeres que
son madres, esposas e hijas de sus asesinos, que en algún momento
dijeron amarlas y dar la vida por ellas, darla no quitarla. Estos
asesinos si conocen a sus víctimas, si sienten empatía por ellas, forman
parte de su día a día, lo que nos dice que además tenemos una sociedad
indolente en aumento.
Por
años hemos querido justificar los celos, los gritos, los golpes, la
limitación de la libertad de nuestras parejas como amor; cuando muy al
contrario el amor es y debe ser siempre sinónimo de confianza,
entendimiento, comunicación, cuidado y libertad; porque no podemos
obligar a quienes están junto a nosotros en un momento dado, a
permanecer a nuestro lado en contra de su voluntad cuando las razones
que un día nos unieron se han terminado, porque eso de forma muy
distinta al amor, es prisión.Nada es más real en esta vida que nada
tenemos, que todo es transitorio, que debemos estar preparados para los
cambios, que debemos acondicionar nuestras mentes a que nada es
permanente, que con las manos vacías venimos y con ellas vacías y sin
acompañamientos nos vamos, que no hay nada mejor en esta vida, que cada
persona que entra en ella si lo desea pueda salir dejando un buen
recuerdo que nos permita seguir creciendo y preparándonos para quizás,
recibir relaciones mejores.