El
presidente venezolano se ha convertido en el favorito de las redes
sociales, donde abundan las bromas relacionadas con sus poco afortunadas
declaraciones.
No se sabe bien si es el estrés de gobernar o un cierto miedo escénico por haber reemplazado súbitamente a un personaje de la estatura política de Hugo Chávez, lo que afecta al presidente Nicolás Maduro, pero la lista de ocurrencias, singulares propuestas, tropiezos verbales y lapsus linguae de toda índole, todos transmitidos en cadena nacional, caracterizan al presidente de Venezuela, quien está próximo a cumplir un año en el cargo, en un país que navega en una crisis económica sin precedentes.
Maduro no es Chávez, claro está. Carece del poder de comunicación con el
que contaba el fallecido líder, pero sigue su misma línea, como
demostró al ordenar la ocupación e intervención de grandes tiendas por parte del Estado y bajar los precios hasta en 70% como medida para bajar la inflación. El resultado ha sido el aumento de la escasez y el cierre definitivo de un número indeterminado de comercios.
Pero más que sus medidas, Maduro se ha convertido en el favorito de las redes sociales,
donde abundan las bromas relacionadas con sus poco afortunadas
declaraciones. La última de ellas, cuando, tras declarar "la guerra
económica" contra los "especuladores", dijo que "los capitalistas roban
como nosotros".
De inmediato, el líder opositor Henrique Capriles tuiteó: "¿Lapsus o confesión de Maduro?".
No fue la primera situación incómoda, y tampoco parece que vaya a ser la
última, en que se mete el presidente creador del viceministerio de la
Felicidad y quien en agosto deleitó a sus detractores y seguidores
cuando en un discurso oficial propuso "meterse en las escuelas, niño por
niño, liceo por liceo, comunidad por comunidad. Meternos allí,
multiplicarnos, así como Cristo multiplicó los penes... perdón, los
peces y los panes...".
Tres meses después, en noviembre, Maduro decidió celebrar, entre fuegos de artificio, lo que llamó "la Navidad temprana".
Capítulo aparte merecen algunas de las constantes referencias del
mandatario a Chávez, su antecesor y mentor. No dudó en afirmar que hasta
ha llegado a dormir en el denominado Cuartel de la Montaña donde
reposan los restos del fallecido ex presidente.
No sólo eso, sino que en abril, durante su campaña presidencial,
confesó, para deleite de la prensa, que Chávez se le apareció en forma
de "pajarito".
"Lo sentí ahí. Dándonos una bendición, diciéndonos hoy arranca la
batalla. Vayan a la victoria. Tienen nuestra bendición...", dijo.
La devoción por Chávez llegó al punto de atribuirle milagros. En
octubre, Maduro aseguró al visitar una mina que a los trabajadores del
lugar se les apareció la figura del comandante presidente en una roca.
"Miren esta figura que les apareció a los trabajadores, pueden hablar
con ellos ... Un rostro ¿Quien está en ese rostro? Una mirada, es la
mirada de la patria que está en todos lados, inclusive en fenómenos que
no tienen explicación...".
Eso sí, nadie pone en tela de juicio el impulso de Maduro a la mujer. Y
también en esto regaló a los venezolanos otra perla: "Hoy tenemos una
generación de oro brillando por el mundo, en la política, en la cultura,
en el deporte, el millones y millonas de Bolívar...".