Miguel Vargas desmiente acusaciones sobre préstamo irregular
El presidente del PRD refutó las acusaciones de haber sido favorecido con un préstamo millonario de manera irregular, elevada por la facción que sigue al ex presidente Hipólito Mejía, encabezada por Milagros Ortiz Bosch.
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- 03:55 de la tarde del
miércoles 15 y el salón del Hotel Embajador se encuentra a reventar. Los
simpatizantes pululan por los alrededores, hambrientos de palabras
esclarecedoras: no a ellos, sino a los contrarios.
Dentro y fuera de la sala, explotan carcajadas de los asistentes,
nacidos en los lugares más variopintos de la sociedad dominicana. Todos
seguidores fieles del presidente del Partido Revolucionario Dominicano,
Miguel Vargas Maldonado, que acudieron a respaldar a su líder de buen
ánimo unos; otros en "búsqueda" y los más vehementes expresaban que
tenían ansias de saber "la verdad" sobre las denuncias contra su mentor y
guía político.
Hacen el primer anuncio a través de los altavoces: "compañeros, por favor, en breve vamos a iniciar. Por favor, tomen asiento".
La mesa está dispuesta y los micrófonos listos. El murmullo llena el
espacio. Más de media docena de cámaras observan fijamente a los
presentes.
El pasado lunes 13, una comisión encabezada por Milagros Ortiz Bosch denunció que Miguel Vargas Maldonado recibió un préstamo de forma irregular, cinco meses antes de las elecciones del 2012, lo que causó picor en diversos sectores del país.
Una joven dispara una queja: “esta gente si es desordenada… para todo
es un show”, mientras que un hombre alto que corre presuroso de un lado
a otro, entre atropellos de la multitud, suelta una obscenidad. Los
pocos que escuchan, lo observan, pero nadie atina a emitir palabra.
Las banderas del partido y la tricolor se erigen discretas detrás de
la mesa, que aún permanece despoblada, ataviada en blanco. A su lado y
en primera fila, los invitados más notorios de la presentación.
Los olores se mezclan y las diferencias económicas desaparecen.
Llueven los abrazos y las sonrisas. Los saludos y las sonrisas. Los
halagos y las sonrisas... La política y el amiguismo se estrechan bajo
el mismo techo.
Cinco minutos después de las cuatro llegan los convocantes, recibidos
con ovaciones de pie y aplausos que prontamente se transforman en
feroces vítores gubernamentales a favor del presidente del Partido
Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado.
"La verdad"
La mesa recibe al expositor. La familia y abogados del presidente
Vargas Maldonado le acompañan como adornos. Angelita García de Vargas,
se para y saluda a los compañeros como una reina de belleza. Sus hijos
hacen lo propio, llegado su turno.
Dan la palabra al actor principal, quien se defiende de las
“malintencionadas calumnias” de las que supuestamente ha sido víctima,
acusaciones elevadas por la otra mitad de su partido.
Inicia un carnaval de negaciones, mientras refuta una por una las
inculpaciones de haber recibido 15 millones en moneda estadounidense,
hechas por el grupo “pepeachista”.
Levanta las manos y entre ellas, el contrato con el Banco del
Reservas, que en su artículo 12, demuestra la garantía para el préstamo
recibido.
Entre las pruebas, presentó documentación que demuestra que los inmuebles sí fueron sometidos al proceso de mensura correspondiente, por lo cual se encuentran debidamente deslindados, además de la copia préstamo con la firma internacional JP Morgan, por 15 millones de dólares, a una tasa de 7.3% de interés anual.
Truenan los aplausos. Entre la muchedumbre se escuchan nuevamente los
gritos a favor del mandatario perredeísta ante la “tapada de boca” a
los adversarios.
“Esa Milagros si es jabladora”, grita uno de los presentes. “Que
hable ahora… que hable ahora”, exhorta otro que se mueve detrás de las
cámaras, agitando a los seguidores.
20 minutos después de iniciada la convocatoria, concluye el desfile
de documentos “probatorios” proyectados a los asistentes, quienes
satisfechos, aplauden con más fuerza, sacada, tal vez, de las palabras
aclaratorias de su líder máximo.
El presidente contesta escuetamente algunas inquietudes de los
periodistas y dan por terminada la cita. El exponente se pone de pie y
agradece la asistencia a manera de despedida. Se acomoda el saco y da
media vuelta para agarrar camino hacia el exterior del salón.
“Creo que con lo que ha presentado, todo está claro. Todo se ha
dicho”, asegura uno de los profesionales de las noticias, mirando de
reojo buscando confirmación de sus pares.
Los compañeros del partido se agolpan en las puertas, mientras
chorrean las sonrisas y los abrazos otra vez. Nadie pronuncia ni una
sola palabra de unidad, más allá de las explicaciones oficiales. Todo es
separación, todo es “nosotros y ellos”.
Miguel Vargas y sus acompañantes se encaminan hacia la entrada
principal del Embajador, cabeza en alto y a paso firme, entre saludos y
despedidas.
Afuera, cae un aguacero de unos cuantos hombres que expresan su más
sincero fanatismo, mientras el presidente aborda su jeepeta (no una
patana de campaña). Se cierra la puerta y la masa queda dispersa.
“¡Que Milagros hable ahora!” “¡Que Milagros hable ahora!”.
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