La Constitución y la soberanía adquirida.
Por: Lic. Luis Matos/Tomado de Elbiranny.com
A Dios doy las gracias por la dominicanidad que nos conquistó nuestro patricio, Juan Pablo Duarte, junto a Los Trinitarios y otros patriotas de este país.
1844: Un grupo de valientes dominicanos, determinan enfrentar a la fuerza haitiana en busca de libertad. Juan Pablo Duarte ideólogo y dirigente de los patriotas que, impulsados por la herencia de la fuerza del hombre bravío de los nativos indios, casi aniquilados por la fuerza invasora española, emprenden la conquista de la independencia de nuestra nación.
Determinan enfrentar a los descendientes de los esclavos que trajo a nuestra Quisqueya, el Padre Las Casas con fines de que la producción de los productos que se generaban en la isla y que era enviada a sus reyes, no menguara por la falta de mano de obra. Cientos de miles de estos esclavos eran traídos desde Senegal, quienes, al tener una mayoría sobre los pocos nativos que aún quedaban toman fuerza y establecen sus propias reglas y determinan que la isla de Quisqueya es su nación.
El emprendimiento de lucha por hombres que aún tenían raíces definidas, determinan en una noche de gloria para esta patria, tomar de nuevo el rumbo político y económico de la Isla de Quisqueya o Babeque.
El grupo independentista escogió el día y lugar para proclamar la independencia de este país. El 27 de febrero fue el día escogido y el lugar lo que se conoce como la Puerta de la Misericordia.
Es el comienzo de una nueva nacionalidad a la que nuestros héroes le llaman dominicana. El desarrollo de la dominicanidad impacta tanto que, de inmediato, se comienza a organizar un Estado individual y soberano, en donde, en base a lucha y sangre nos reconocen el derecho de dominicanos.
Extrañas cosas de la vida, después de tantos sacrificios y derramamientos de sangre para imponer nuestra identidad como dominicanos, hoy estamos cediéndoles a los descendientes de senegalenses el derecho que por nación tenemos y poniendo en burla el ejemplo de entrega de Juan Pablo Duarte. Comprometiendo la libertad e independencia del Estado.
Si nuestros gobernantes no se expresan públicamente como lo hacen las demás naciones cuando se les toca sus derechos como nación soberana estaremos de regreso al dominio de Haití.
El sólo reconocerle las protestas que están llevando los descendientes de haitianos en nuestra nación y el mismo Gobierno, a nivel internacional, en proclama a que se le reconozca la nacionalidad por encima de lo que fue establecido por nuestros legisladores en la Constitución del 1929, se nota que estamos cediéndo el derecho a una nación que no se ha ocupado de tener en su propio territorio control de sus nacionales.
A mi consideración esta protesta, y las explicaciones que ha querido brindarle el Estado Dominicano a una nación que no respeta los vínculos y pactos alcanzados entre ambas naciones, no merece ninguna explicación ya que, esta determinación está apegada a nuestra carta magna, por la que nos regimos los dominicanos como nación independiente y soberana.
Aquellas naciones que están representando y apoyando la republica de Haití, están actuando de modo hipócrita, ya que quieren imponerle a nuestra nación lo que ellos rechazan de pleno.
En busca de soluciones y aceptaciones, hoy nos crucifican por no dejarnos imponer la voluntad de naciones económicamente poderosas; pero que no quieren la responsabilidad de resolver el problema haitiano. De estos hay 160 países que tienen bien establecido y delineada su soberanía, pero critican la nuestra.
Canadá, uno de los principales países que lucha por la fusión de dos naciones totalmente diferentes, en cultura, formación educación y economía, hasta de lenguaje, el día 12 del mes en curso publica que se le está realizando una enmienda a su constitución para no aceptar como ciudadanos a los hijos de los ilegales que nacen en su territorio, pero si quieren que nosotros aceptemos como bueno y válido que en la Republica Dominicana sea posible ser ilegal y se le otorgue la ciudadanía dominicana por encima de lo que fue establecido por los legisladores de esta nación.
Francia que fue la promotora de esta medida hoy nos quiere imponer su voluntad pero rechazándola dentro de su nación.
La sentencia 168/13 es el valor del Tribunal Constitucional. Apoyemos esta medida hasta la muerte si fuera necesario pero no nos dobleguemos ante ninguna fuerza extranjera, dado que esta no fue una medida anti haitiana como los mal llamados “DerechoS Humanos” la quisieron negociar, sino una sentencia constituída de pleno derecho de una nación libre y soberana: República Dominicana.
Luis Matos. Lic.