Tomado de BBC Mundo
El periodista de
la BBC Peter Bowes se sometió a una prueba de científicos de California
que estudian los efectos de las dietas basadas en ayunos intermitentes.
En la última de las tres entregas, nos explica los cambios que
experimentó su cuerpo.
Cuando decidí participar en el
ensayo clínico de una dieta de ayuno intermitente, comencé a sentir
cambios corporales que no me sorprendieron. Tras comer muy poco durante
cinco días al mes, perdí peso y tenía hambre. Me sentía más alerta la
mayor parte del tiempo, a pesar de que me cansaba con facilidad.
Pero también hubo otros efectos que quizás sean los más importantes.
Al terminar cada ciclo de ayuno
de cinco días, en los que comía alrededor de un cuarto de la dieta de
una persona promedio, perdía entre 2 y 4 kilos. Al comer normalmente
durante 25 días, sin embargo, volvía a mi peso original.
Los ayunos intermitentes
- La popularidad de este tipo de dietas ha aumentado en el último año. La dieta 5:2, en la que se reduce considerablemente la ingesta calórica algunos días de la semana, es un ejemplo. Sin embargo aún es necesario confirmar los beneficios de este tipo de regímenes.
- Amo comer. Me gusta un grande y saludable desayuno, me ejercito mucho y como pequeños snacks durante todo el día antes de comer una cena abundante.
Por otro lado, las pruebas
clínicas mostraron que durante los ciclos de dieta mi presión arterial
sistólica se redujo en aproximadamente 10%, mientras que la presión
diastólica se mantuvo casi igual. Para alguien que a veces sufre de
hipertensión, esta es una noticia alentadora.
Pero después del período de
control (dieta normal), así como mi peso, mi presión arterial volvían a
sus no tan saludables niveles originales.
Los investigadores ahora buscan
probar si los ciclos repetidos de la dieta pueden ser utilizados para
controlar la presión arterial en el largo plazo.
No obstante, no todas las consecuencias de la dieta se desvanecieron tan rápidamente.
“Lo que estamos viendo es que
algunos de los efectos se mantienen, incluso cuando se reanuda la
alimentación normal”, explica Valter Longo, director del Instituto de
Longevidad de la Universidad del sur de California, que ha observado
resultados similares en roedores.
“Es una muy buena noticia pues eso era exactamente lo que esperábamos lograr”.
Los cambios más interesantes se
evidenciaron en los niveles del factor de crecimiento insulínico tipo 1,
conocido como IGF-1 (similar a la insulina). Se cree que altos niveles
de esta proteína producida por el hígado aumentan los riesgos de cáncer
colorrectal, de mama y de próstata. Niveles bajos reducen esos riesgos.
“Estudios en animales han
demostrado que este es un factor de crecimiento que está asociado al
envejecimiento y a varias enfermedades como el cáncer”, explica Longo.
Pruebas en ratones han
demostrado que una dieta extrema -similar a la que yo experimenté- hace
que los niveles de IGF-1 disminuyan y se mantengan bajos durante un
tiempo, después de volver a comer normalmente.
Cambios positivos
Mis datos mostraron exactamente el mismo patrón.
Longo me lo explicó: “Hubo una
caída dramática del IGF-1, cercana al 60%. Luego, cuando retomaste tu
alimentación normal, seguía reducido en un 20%”.
Esta disminución podría
modificar significativamente las probabilidades de un individuo de
desarrollar ciertos tipos de cáncer, asegura el especialista. El estudio
de una comunidad ecuatoriana afectada por el enanismo, que posee
niveles mucho más bajos de IGF-1 (pues carecen de un receptor de
hormonas de crecimiento), demostró que rara vez desarrollan cáncer y
otras condiciones relacionadas con la edad.
El factor de crecimiento insulínico tipo 1
- La IGF-1 es una proteína producida por el hígado cuando es estimulado por hormonas de crecimiento que circulan en la sangre.
- Desempeña un papel en el crecimiento de los músculos, huesos y cartílagos de todo el cuerpo y es fundamental para el crecimiento y el desarrollo durante la infancia.
- Los niveles más bajos de IGF-1, inducidos por la restricción calórica, ha sido demostrado en roedores para retardar el proceso de envejecimiento y protegerlos contra el cáncer.
- El IGF-1 en humanos adultos varían según la edad y el género.
Mis análisis de sangre revelaron
también que los niveles del principal inhibidor de IGF-1, llamado
IGFBP-1, aumentaban significativamente durante el período de ayuno.
Incluso cuando retomé una dieta normal, el nivel de IGFBP-1 era elevado
en comparación con mi nivel inicial. Esa es, según Longo, una señal de
que mi cuerpo cambió y adoptó un modo más propicio para un
envejecimiento saludable.
Los datos del resto de los
participantes del estudio aún están siendo analizados, pero también
muestran niveles más bajos de IGF-1 y más altos de IGFBP-1, lo que
podría ayudar a los científicos a desarrollar un régimen de ayuno
intermitente que permita a la gente tener una dieta normal durante la
mayor parte del tiempo y aún conseguir que el proceso de envejecimiento
sea más lento.
Una de las ideas exploradas por
Longo es que un ayuno de cinco días cada dos meses puede ser suficiente
para generar cambios positivos en el cuerpo.
“Eso es exactamente lo que
tenemos en mente: permitir que durante 55 de cada 60 días la gente
decida lo que va a comer con la ayuda de un buen médico y que luego, en
los cinco días restantes, hagan la dieta. Puede que piensen que no es lo
más sabroso que han comido jamás, pero es mucho más fácil, seguro e
incluso más efectivo que un ayuno extremo.
Mis niveles de IGF-1 durante las pruebas
Al comienzo: 119 ng/mil (nanogramos por mililitro)
Inmediatamente después del ayuno de cinco días: 49 ng/ml
Una semana después del ayuno de cinco días: 97 ng/ml
Rango normal para hombres de 51 a 60 años: 68/245 ng/ml
Las pequeñas porciones que comí
durante el ayuno de cinco días estaban lejos de la cocina gourmet, pero
aún así me alegraba tener algo que comer. Hay defensores de la
restricción calórica que promueven el ayuno completo.
Mis análisis de sangre también
detectaron un aumento significativo de un tipo de célula que puede jugar
un papel en la regeneración de tejidos y órganos.
Es un área controvertida que aún no ha sido estudiada completamente por los científicos.
“Los datos preclínicos que
obtuvimos en pruebas con animales muestran que los ciclos de ayuno
podría elevar esta sustancia particular, considerada similar a las
células madre”, afirmó el doctor Min Wei, el investigador principal.
“Tenemos una comprensión muy
limitada de lo que provoca en seres humanos. En estudios con animales se
concluido que este tipo de células tienen la capacidad de regenerar
casi cualquier cosa”, indica Longo.
Fase experimental
Sería muy beneficioso si el
ayuno intermitente consigue desencadenar una respuesta que aumente la
capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo, pero aún se requiere
mucha más investigación para confirmar estas observaciones.
Esta dieta está todavía en fase
experimental, pues aún se están estudiando los datos del ensayo. Otros
científicos analizarán eventualmente las conclusiones de manera
independiente e incluso podrían intentar replicarlas.
“No nos gusta emitir juicios
basados únicamente en un descubrimiento inicial. Quisiéramos tener más
pruebas que nos confirmen que estos hallazgos pueden ser aplicables en
la población general”, explica el doctor Lawrence Piro, oncólogo del
Instituto de Investigación Clínica de Los Ángeles.
“Creo que el ayuno es un
mecanismo muy eficaz. Son piezas de un rompecabezas, que aunque aún no
está claro del todo, ya ha sido dibujado. Creo que podemos estar muy
contentos porque es posible que haya un importante descubrimiento allí.
Debemos ser optimistas”.
Los ensayos clínicos futuros se
centrarán en los miembros “en riesgo” de la comunidad -obesos- para
medir su respuesta a una dieta severamente restringida.
Si se comprueba que esta dieta, u
otra de ayuno intermitente, es eficaz y sostenible en el tiempo, podría
tener profundas implicaciones en la pérdida de peso y en la forma en la
que los médicos luchan contra las enfermedades de la vejez.
Esta
es la última de tres entregas sobre el ensayo del periodista Peter
Bowes publicadas en nuestro espacio de Nutrición de los domingos. Las
dos anteriores son: clic ¿Sirven las dietas de ayuno intermitente? y clic Cómo aguantar los ayunos intermitentes