Los ciudadanos de la península deciden este domingo si pasan a
constituirse como miembros del gobierno de Moscú. ¿Cuáles son los
motivos del referéndum?
Más que un motivo, la actual crisis política de Ucrania parece ser una oportunidad para un reclamo que desde hace años mantiene
la península de Crimea por separarse del gobierno de Kiev y anexarse a Moscú. ¿De dónde viene ese anhelo que, según
indican todos los pronósticos, se materializará este domingo con un referéndum?
Si se trata de historia, se puede remontar siglos atrás.
Basta con comprender que tras la Segunda Guerra Mundial, la península oficialmente
quedó en manos de Rusia. Antes, en el siglo XIX formaba parte del Imperio
Otomano y fue motivo de guerras, hasta que finalmente Rusia ganó el territorio.
Pero en 1954, el sucesor de Joseph Stalin en el Kremlin, Nikita
Krushev, lo cedió a Ucrania, que en ese entonces formaba parte de la Unión
Soviética. A partir de allí comenzaron nuevamente los conflictos por Crimea,
donde solo el 25% de la población es
ucraniana y la inmensa mayoría –el 60 por ciento- es rusa. La segunda
minoría son los tártaros, de origen turco.
La mayoría de la población de Crimea es de origen ruso
En 1991, Ucrania declaró su independencia, mientras que la
URSS se disolvió en diciembre de ese mismo año. Crimea quedó bajo la órbita administrativa del gobierno de Kiev,
aunque procuró mantener su autonomía. Los años siguientes están marcados por
los intentos de Crimea por instituir su propio presidente y restablecer su
propia Constitución.
En este escenario, hay un condimento especial. Crimea nunca renunció a su cercanía
política con Rusia. No es un detalle menor el que la Flota Rusa se ubique en la
base militar del puerto de Sebastopol, instalada allí tras un acuerdo de
1995 alcanzado por los entonces presidentes de Rusia, Borís Yeltsin, y Ucrania,
Leonid Kuchma.
La base militar de
Crimea es clave para Rusia por su ubicación estratégica sobre el Mar Negro,
además de que es donde entrenan las sofisticadas fuerzas submarinas de ese país.
En 1997, Moscú y Kiev acordaron que el primero se quedaría con tres bahías por
un período de 20 años a cambio de una paga anual de 100 millones de dólares. En
2010, dicho acuerdo se prolongó hasta 2042.
En Ucrania, son
muchas las provincias que tienen una simpatía hacia Rusia, pero el caso de
Crimea es distinto. Los habitantes de la península siempre se sintieron más
bien rusos, o al menos, no parte de Ucrania. Eso se vio reflejado en sus
gobernantes, a pesar de que el cargo de primer ministro era designado desde
Kiev.
Tras la destitución del presidente ucraniano Viktor
Yanukovich en febrero pasado, provocada por las masivas manifestaciones en
contra de su gobierno y su alianza con el ruso Vladimir Putin y a favor de un
mayor acercamiento a la Unión Europea para reactivar la economía, Crimea nombró de facto como primer ministro
al pro ruso Serguei Aksionov, quien no fue reconocido por el Parlamento
ucraniano.
Crimea llama a Putin
y la respuesta del ruso desata una crisis
La destitución de Yanukovich tuvo una repercusión negativa
en Crimea y sus autoridades han
aseverado que se produjo un golpe de Estado. La primera reacción fue exigir
la vuelta de la Constitución de 1992, que reconocía la independencia en la
política internacional con respecto a Ucrania.
Ante esta situación, Aksionov
y otros políticos crimeos de alto rango pidieron ayuda a Moscú con el argumento
de que la seguridad de la península era amenazada por el gobierno interino
de Ucrania. El 1º de marzo, en tiempo récord, Putin llevó la petición al
Parlamento, que aprobó de inmediato la intervención militar para proteger a los
ciudadanos rusos y la base militar.
La crisis internacional comienza allí. Tras el despliegue de
tropas ese mismo fin de semana y la dura condena de Ucrania, la amenaza de una
guerra con Moscú empezó a preocupar a los líderes mundiales.
Mientras que los Estados Unidos y la Unión Europea lanzaban
advertencias contra Putin para que no convirtiera la zona en un polvorín, los
crimeos avanzaron en sus fines. La idea de hacer un referéndum separatista
cobró fuerza. Ya estaba estipulada una fecha, el 30 de marzo. Pero decidieron
acelerarlo y lo fijaron para hoy, domingo 16 de marzo.
Entre un
desafío al mundo y la reivindicación nacional, Crimea decide su futuro. Como antesala, la semana pasada autoproclamó su independencia. En respuesta, Ucrania disolvió su Parlamento. Las autoridades y los ciudadanos no desconocen que
el voto por el sí desatará una mayor crisis internacional, pero aún así todo
indica que esa será la respuesta triunfante.
Tomado de Infobae.com