Guarionex Rosa Santo Domingo/Tomado de Listin Diario
La
aprobación de la reforma constitucional que permitirá la reelección del
presidente Medina, (181 votos contra 39) en la Asamblea Nacional, y la
proclamación solemne de la misma, deja el camino libre al gobernante
para postularse por el PLD y 18 partidos que promueven una alianza.
Para
Medina es un triunfo personal que buscó contra la pretensión del
expresidente Leonel Fernández, quien el pasado 25 de mayo pronunció un
agrio discurso en el cual dijo que el proyecto de reforma a la
Constitución era inaceptable. El doctor Fernández acordó después con el
sector de Medina una transacción.
En
esa transacción de 15 puntos el doctor Fernández protegió a los
senadores, diputados, síndicos y regidores que seguían su tendencia
siempre y cuando tuvieran las condiciones para ganar en sus provincias
en las elecciones venideras. También acordó ocuparse de sus campañas.
El
presidente Medina, quien se cree tiene la mitad de su campaña hecha
debido a su trabajo institucional desde el Gobierno, manejará la suya,
una acrimonia entre los dos políticos. La decisión de la Asamblea
Nacional es una ganancia neta para el presidente reeleccionista.
Medina
podría, tras recibir el informe de la proclamación, activar sus planes
en el PLD y con los grupos aliados, finiquitar aparentes acuerdos que
están pendientes sobre todo con el PRD y el PRSC y pronunciar un
esperado discurso. La alianza de los tres partidos antes antagónicos no
tiene precedentes.
Las
fuentes estaban tan nerviosas respecto a la aprobación legislativa y la
proclamación de la nueva Constitución ayer sábado, que se informó
erróneamente el miércoles que el presidente Medina la encabezaría, algo
que fue aclarado prontamente por la presidenta del Senado, Cristina
Lizardo.
El
ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta negó que
el gobernante fuera a la Proclamación y menos que pronunciaría un
discurso. El presidente, que podía haberlo hecho, quiso evitar algún
desaire de los opositores, como hubiese sido abandonar la sala.
Persistencia de Danilo
El presidente Medina, cuyos principales estrategas en el Gobierno
rechazaron durante los primeros dos años del régimen que el gobernante
se quisiera reelegir, como él mismo había señalado, activaron recursos
partidarios basados en la enorme aceptación popular del gobernante según
las encuestas.
A
último momento era evidente que Medina estaba bien al frente de la
situación y que dirigió desde el Palacio Nacional todo el tejemaneje
legislativo y político para desbancar la aspiración del doctor
Fernández, quien nunca se lanzó abiertamente pero sugería su
postulación.
Medina
encontró el favor de los otros pre-candidatos presidenciales del PLD,
Reynaldo Pared Pérez, senador de la capital; Francisco Javier García,
ministro de Turismo; Temístocles Montás, ministro de Economía y Radhamés
Segura, anterior vicepresidente de la CDEEE y ahora al margen del tren
gubernativo.
Tal
fue el empeño del presidente Medina en dirigir todo el tinglado que le
permitiría la reelección que monitoreó desde su despacho los trabajos
para convocar la Asamblea y luego su desarrollo. Se excusó de asistir a
la II Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la CELAC-Unión Europea, en
Bruselas, Bélgica. Envió una delegación.
Al
parecer, como lo fue para el doctor Fernández, quien desde la Casa
Presidencial del PLD, la Fundación Global y otros recintos manejó su
campaña hasta el discurso del día 25 de mayo, para el presidente Medina
el asunto era de vida o muerte, de supervivencia del poder y el
predominio partidario.
Los
fanáticos partidarios del doctor Fernández, que estaban en todas partes
y hasta en las llamadas Altas Cortes, entronizadas bajo su mandato,
justificaron su accionar en contraposición a quienes en diversos
sectores sugerían que el ex gobernante debería “pasar la página” y
acogerse a un cuatrienio sabático.
El
hecho de que Medina tenga media campaña hecha, como se dice, hará que
la próxima pudiera ser más económica que algunas elecciones anteriores,
porque también le beneficia indirectamente las campañas de los ex
aspirantes presidenciales y las que llevan a cabo los candidatos
provinciales.
No al referendo
No se hablaba mucho al momento de la Proclamación de la Constitución de
la posibilidad de un referendo, excepto por la advertencia del diputado
capitaleño, Vinicio Castillo Semán en cuanto a que la Junta Central
Electoral, JCE, debería convocar el mismo dentro de dos meses, para
ratificación.
La
figura del referendo apareció como constante en las disquisiciones de
abogados, con negadores y favorecedores. En el Desayuno de LISTIN DIARIO
el miércoles 4 de febrero, el presidente de la JCE, Roberto Rosario se
fue lejos al decir que para la modificación se requería la emisión de
cinco leyes.
La
participación en ese desayuno pudo dejar la impresión de que Rosario
también estaba aferrado al leonelismo, ya que entre las cosas que dijo
fue que “en la agenda electoral del 2016 no está prevista la
participación del actual Presidente de la República”. Un referendo,
afirmó, costaría entre RD$500 y 800 millones.
El
sometimiento del tema a las cámaras, su aprobación en dos lecturas en
cada cuerpo y la decisión de la Asamblea Nacional la semana pasada
recordó al viejo cazurro que dirigió el Senado la mayor parte de los
doce años, Adriano Uribe Silva, quien decía: a la oposición se le oye,
se aplaude y se rechaza”.
Para
hoy está programada otra proclamación, la del economista Luis Abinader,
del Partido Revolucionario Moderno, PRM, quien pretende contender junto
a algunos partidos aliados con el presidente. En clara desventaja al
día de hoy, Abinader no cuenta todavía con muchos de los opositores al
PLD que solo concuerdan en el temor a una larga dictadura.