César Medina//Tomado de Listin Diario
Como
siempre he creído en las encuestas, también creo en la última encuesta
de la Gallup... Pero no sólo en los números fríos que redondean 52 a 36 a
favor de Danilo, sino también en la proyección de todos los escenarios
donde resulta estadísticamente imposible una victoria de la oposición.
Lo
que más me gusta de estos resultados, sin embargo, es que todo el mundo
ha quedado inconforme: el oficialismo porque se considera mejor
situado, que es mayor su ventaja; la oposición, porque cree menor la
brecha que separa a Danilo de Abinader.
Es
sintomático, en cambio, que los voceros de la oposición hayan comenzado
a creer de nuevo en las encuestas, en especial aquellos “analistas” que
se las dan de imparciales y objetivos siempre que los números se
acomoden a sus deseos como es el caso de esta medición de la Gallup.
Ya
veremos en los próximos días cómo sus cotejos estadísticos proyectarán
una segunda vuelta electoral y con ella el surgimiento de un gran frente
opositor que derrotará la reelección y sacará del poder a la
“corporación peledeísta”...
Pasados
de contentos al redondear los números de Gallup para proyectar una
tendencia que su miopía política ve favorable, dejan de valorar los
elementos básicos de un estudio de opinión que descarta la alternativa
opositora en los escenarios medidos y que deja en cero la posibilidad de
una segunda vuelta.
Peor aún es el resultado que arrojaría un eventual balotaje: Gallup se la pone en China a Abinader.
Lo dejó pasar...
Abinader dejó pasar el tercer strike sin tirarle cuando desaprovechó un
momento espinoso para la reelección, Danilo y el PLD... Se presentó
cuando el “contraespionaje peledeísta” detectó un intento de sedición
interna encabezada por personeros allegados al leonelismo que se
agenciaron un acercamiento con el candidato opositor.
El
plan era ensanchar la fisura en el liderazgo peledeísta provocando que
el expresidente Leonel Fernández se colocara al margen de las
candidaturas de su partido y no acudiera al acto de proclamación del
pasado domingo. Ese plan, incluso, llegó a permear voluntades en dos
miembros del Comité Político.
Una
infidencia imprudente de Abinader alertó la inteligencia del gobierno
que actuó rápido para desarticular los planes acercándose al
expresidente, aunque ello le costara posponer para dos domingos
posteriores los planes para proclamar la candidatura de Danilo en un
momento en que su popularidad marcaba un pronunciado descenso.
...No se necesita más
En una de mis conversaciones habituales con Danilo Medina, le comenté
la enorme ventaja que le daban las encuestas, que entonces lo situaban
sobre el sesenta por ciento.
“...No
me interesa el récord de votación... Me basta ganar con el 50 por
ciento más un voto. El récord que lo conserve el maestro”, me dijo
refiriéndose al profesor Bosch, que ganó las elecciones de 1962 con el
60.2 por ciento de la votación.
En
ese momento, cuando ni siquiera estaba clara la candidatura de
Abinader, Danilo comentaba que en el país existirá siempre el polo
opositor de gran presencia en unas elecciones generales
independientemente de las figuras o los liderazgos que compitan en
ellas.
Es lo que ocurrirá el 15 de mayo próximo: la oposición tendrá una gran presencia, como siempre. Pero no más de ahí...
...Abinader dejó pasar miserablemente --por una locuacidad desmedida--, su mejor momento.