Por Dannerys Arias R.
Es
lamentable el caso que está pasando en Barahona, donde locutores
empujados por su afán de hacerse pasar por pseudo periodistas, han
desprestigiado su nombre y hasta su clase; prefiriendo llamarse
comunicadores ante que identificarse como lo que en verdad son:
LOCUTORES; quizás tengan como elemento justificado que un locutor es un
comunicador; déjenme decirles que pueden existir comunicadores; pero
pocos locutores.
Motivación
principal para estas cortas letras, pero muy expresivas, desde mi punto
de vista; es que tengo ya alrededor de ocho años que no escucho en las
distintas auto presentaciones de muchos eventos decir: “mi nombre es
tal……. Y soy LOCUTOR”; más bien esto se ha transformado a tal punto, que
en la actualidad; profesionales de una alta calidad, maestros del
micrófono y de la buena expresión suelen decir: “mi nombre es tal…. Y
soy COMUNICADOR” guaooooo, como han evolucionado los tiempos; que
prestigio era decir “soy Locutor”.
Etimológicamente
la palabra locutor surgió como un cultismo, del latín “locutoris”
derivada del vocablo “loqui” (hablar) cuyo significado es “el que habla;
y La definición de comunicador es el que comunica, transmite, notifica,
informa, retransmite o lo que sirve para comunicar. Se dice de una
persona con actividad pública, considerado capacitado para sintonizar
fácilmente con las masas; pero aunque parezcan sinónimos, al locutor
decir que es comunicador a nivel de tecnicismo se esta simplificando mas
(se va a lo más simple); y ahí es que esta el problema; los periodistas
y políticos suelen llamar a los que no son periodistas de verdad; lo
meten en el grupo tan sonoro en los últimos tiempo “al grupo de los
comunicadores”.
Pero
no puedo culpar a mis colegas, al utilizar el término “comunicador”
(palabra utilizada en ocasiones, como forma de exclusión a los que no
son periodistas de verdad); culpo a los dueños de emisoras que han
desprestigiado al Locutor, empujándolo a buscar otros horizontes; debido
al poco salario o remuneración que les pagan a todo un profesional del
micrófono; culpo a la necesidad que solemos tener los Locutores al
buscar el pan nuestros de cada día y que en un sistema de exclusión al
profesional del micrófono; lo empuja a realizar otras labores, que
muchas veces van, desde coger una cámara (en ocasiones sin baterías, ni
carga) y ponerse a realizar una cobertura ficticia; o en búsqueda del
moro perdido los pone en la panacea de los llamados blogueros (que es
una rama de informador digital moderno) y periodista de mochila; aun sin
tener blog, sin ser periodistas; se llaman insistentemente
“comunicadores”.
He
comentado en enumeradas ocasiones; que no me gusta que me llamen
comunicador; me gusta que me llamen Locutor; comunicador es todo el que
puede comunicar o transmitir un mensaje (incluyendo lenguaje de señas,
los semáforos, hasta las señales de tránsito son comunicadoras, etc); el
locutor es un profesional del micrófono y del habla, un artista del
arte de la comunicación Oral; todo un conjunto de innumerables técnicas
para informar, fascinar, convencer y motivar.
Así
que los que son mis colegas, no pongamos en obsoletismo la palabra
locutor; diciendo que somos comunicadores; ya por estar con esta
palabrita; hasta nos han excluido del área de la comunicación, al punto
que hasta las invitaciones dicen; para los periodistas y comunicadores y
lo más grave de este asunto es que hasta un paseo dedicado al área de
la comunicación en este Municipio de Santa Cruz de Barahona, se llama
también así “paseo de los periodistas y comunicadores” (no hice mi
protesta porque en ese tiempo, hacia meses que mi gestión como
presidente del Circulo de Locutores de Barahona, había pasado).
Es aceptable decir, si usted quiere “locutor y comunicador”; mientras tanto yo diré “SOY LOCUTOR”.