Odebrecht a la vista
Orlando Gil
orlandogil@claro.net.do/Tomado de Listin Diario
¡TRÁNQUENLO!.-
El suspenso tiene a la gente en ascuas, y la prueba de los nombres de
los sobornados de Odebrecht será crucial, en términos iguales, para el
gobierno y para la calle. Uno deberá recuperar crédito público y la otra
mostrar racionalidad política. Por ejemplo: ¿Se atrevería el procurador
Jean Alain Rodríguez aplicar justicia simultánea a los implicados? Esto
es, que al tiempo que lee la lista, estos sean apresados en una
operación al estilo FBI o DEA.
La cuestión es simple, la solución fácil.
Hasta ahora se manejan expedientes que no se sabe qué contienen, pero
que en todo caso serían de sospechosos. Lo que no ocurrirá con los
papeles que vengan de Brasil. Los que figuren serán culpables, aunque en
diferentes grados. El ministerio público, entonces, no podrá excusarse
con el debido proceso e iniciar una nueva ronda de interrogatorios en
base a las revelaciones de fiscales o sentencias de los tribunales.
EFECTO
DIANDINO.- El Procurador no lo sabe, pero debe decírsele. Con los
nombres que vengan de Brasil no puede dársela de decente, de
contemplativo. Al que le tocó, le tocó. No hizo el trabajo a
profundidad, o por lo menos no comparte el resultado, pero si confía en
la investigación de sus pares brasileños, lo que diga Brasil es lo que
va. Tiempo hubo de negociar, y nadie sabe que lo haya hecho. Además,
todos los que fueron interrogados salieron inocentes, y hasta
regocijados, como si hubieran pasado la prueba. Así que nadie puede
alegar arbitrariedad o abuso, y todos deben someterse a jurisdicción y
dictámenes extraños. Diandino Peña es la medida. Bastó un programa de
televisión, y ni siquiera sospechoso: ¡Culpable!
FALTA
DE ARTITAJE.- Una investigación como la que lleva adelante el
procurador Jean Alain Rodríguez no puede ser un paseo por parque con
lago artificial. Más que ocio, obliga a trabajo, pero también a
prudencia, a comedimiento, y sobre todo a entereza. Sin embargo, la
impresión es que el funcionario, que todo el mundo sabe que se mueve en
un terreno minado, teme que bombas antipersonales le estallen en los
pies y lo dejen sin piernas. Muy técnico, poco político. Entre sus
fallas está la falta de histrionismo. No sabe entretener a la gente,
haciendo cosas de cara a la calle, o filtrando datos o situaciones, como
es propio en estos casos. Contrario a lo que se cree, en otros países
no han hecho más que aquí. Todos dependen del mismo fondo de
investigación. Solo que adelantan partidas y hacen el aguaje de meter
uno o dos presos.
EL
REFUERZO.- El procurador Jean Alain Rodríguez fue quemado desde el
principio en una hoguera: la de la incredulidad. Ojalá tenga la misma
suerte que Juana de Arco y después lo hagan santo. No se tiene claro si
el ánimo es propio o se lo impone su superior. Aunque hay iniciativas
que suponen búsqueda de refuerzo estratégico. El viaje a Washington, por
ejemplo. Dígase lo que se diga, datos no fue a buscar, pues tiene al
igual que todo interesado el informe de los fiscales norteamericanos, y
ese expediente es lo que puede llamarse un merengue sin letras. Sin
embargo, le haría bien a su trabajo que las autoridades de Estados
Unidos hagan lo que suelen hacer en estos tiempos: anular la visa a
funcionarios o personajes que falten a la moral administrativa, que
incurran en actos indebidos. Si al tiempo que declara prisión, los
encarcelados pierden la visa, su acusación tendrá más fundamento…