Por Mayobanex De Jesús Laurens…Estilo Bloguero/Twittero
La lengua es el castigo del cuerpo. Difícil recoger lo que expresas, y peor aún cuando escribes, con redes sociales que plasman lo que no podrás eliminar jamás. El Tío Sam actual gusta de explayarse hablando lo que le venga en ganas y “tuiteando” sin reparos, olvidando su rol de gendarme del mundo.
Pero muchos de sus comentarios estrambóticos han tenido su efecto mediático, en advertencias a contrarios de otros litorales que constantemente viven haciendo amenazas bélicas, poniéndoles en orden y contribuyendo a que varios de sus aliados adquieran sus armas de guerras, incentivando esa industria nuevamente, lo que a su vez fortalece el Producto Interno Bruto (PIB) gringo.
Si bien es cierto que sus supuestas expresiones racistas, según un diario de esa nación del Norte, caen mal en el exterior, sobre todo en Latinoamérica, no es menos lo cierto que los seguidores del Tío Sam actual, y hasta muchos de sus detractores, aspiran a una patria de ellos, con sus gentes.
Su problema es la espontaneidad y la sinceridad de sus expresiones, pues claro ha dejado desde sus posiciones operacionales que nada quiere con muchos de los que emigran a esa nación, sobre todo latinos y musulmanes.
Detrás de todo el “showman” del Tío Sam actual, está un equipo técnico que ha impuesto una reforma fiscal favorable a los sectores capitalistas, y que la clase media no ve mal, dado los beneficios que se esperan de la misma y el dinamismo que surtirá a la mayor metrópolis del mundo.
Su vasto plan de inversiones en infraestructuras, avalado en más de 200 mil millones de dólares, para lo cual busca aprobación, podría seguir fortaleciendo el PIB, con crecimiento robusto del empleo para los yanquis.
Cierto que la reforma migratoria ha estado con altibajos, vapuleada y en permanentes contradicciones congresual, pero los gringos en el fondo todos desean un stop a la inmigración ilegal.
Si la “bocota” tuviera frenos y sus dedos escribieran llevándolos primero a la sien, de seguro que tendríamos a un Tío Sam actual como lo desean en realidad los que habitan en los Estados Unidos de Norteamérica.