Los sondeos apuntan a que las elecciones de Estados Unidos, que se celebran este martes 5 de noviembre, serán unas de las más ajustadas de la historia: a priori, la diferencia de votos entre ambos candidatos será mínima, y habrá que esperar al último momento para saber quién será el próximo presidente de Estados Unidos.
El complejo sistema electoral estadounidense hace que cada voto cuente, ya que quien gane un estado se lleva todos sus delegados electorales: tanto Harris como Trump saben que un voto en un estado concreto puede decantar la balanza de la Casa Blanca, y sus campañas han sacado la calculadora para saber qué territorios serán decisivos en la noche electoral.
Estados bisagra o 'swing states' en las elecciones de Estados Unidos 2024
Cada voto es clave por la norma ‘winner-takes-all’
La clave de todo este sistema está en la norma ‘winner takes all‘: el candidato que gane la votación en un estado, aunque sea por un único voto, se lleva todos los delegados electorales de ese Estado. Por ejemplo, si Harris gana a Trump por un único voto en California, se lleva los 55 delegados electorales de ese Estado.
Este sistema implica que el candidato con más votos no tiene por qué ser el ganador de las elecciones, y que ganar, aunque sea por escasos márgenes, en varios estados clave o swing states será decisivo en el resultado final.
Los cinco presidentes de EEUU que no ganaron el voto popular
La calculadora de las elecciones: 270 votos para la Casa Blanca
El número de delegados electorales de cada Estado, que es igual a la suma de sus congresistas y senadores de dicho Estado, se establece en función al censo de población de cada territorio, sumando siempre un total de 538 delegados: el candidato que consiga ganar estados para sumar 270 o más votos en el Colegio Electoral será el próximo presidente de Estados Unidos.