Un
funcionario del BID o del Banco Mundial lamentó la situación que
atraviesa Odebrecht en todo el continente, y lo hizo con inocencia.
Dijo
que se produciría un retraso de infraestructura en todo el continente.
La empresa brasileña era responsable de todas las carreteras, puentes y
acueductos. Era un buen negocio, una ocasión de delito, pero colocó de
modo admirable lo material por encima de lo moral.
Otro funcionario, pero de Odebrecht, hizo una revelación que intriga, o debiera inquietar, preocupar.
El vacío dejado por la constructora brasileña será llenado por chinos del continente o por españoles de la península.
Los
chinos son chinos en China, pero en el exterior actúan como cualquier
otra transnacional, y los españoles de España se conocen por estos lares
desde los tiempos del Almirante.
Ese sería el panorama que viene en camino. O chinos o españoles, en lo que los brasileños se reponen.
¿Cómo
se manejará el gobierno, que harán las cámaras cuando lleguen los
nuevos contratos ? De seguro sentirán comezón en las manos.