A lo que nos referimos es a una institución gubernamental, con personal ejecutivo, técnico, administrativos y docentes pagados desde la Presidencia de la República, con la finalidad de contribuir a formar personas en el manejo tributario, con el objetivo de que contribuyan con los empresarios, comerciantes y profesionales liberales a las correctas presentaciones de las declaraciones juradas y la mejor subida de las remisiones de informaciones a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
El Instituto al que nos referimos pudiera tener varios niveles de especialización: para los profesionales egresados de las universidades sin experiencia en manejo tributario o fiscal, y para los estudiantes de término que hayan cursado las diferentes materias de tributación.
Los ingresos del Estados se obtienen fundamentalmente de los impuestos. Es mucho el dinero que deja de llegar al fisco por las no presentaciones de declaraciones impositivas, independientemente de los problemas futuros que ocasionan a los contribuyentes con las moras, recargos e indemnizaciones.
Pero además, sería una oportunidad de empleos para los que capacitan y para los que se titulan de técnicos, dado que éstos últimos tendrán los conocimientos prácticos y teóricos para llevar las tareas impositivas como auxiliares y como responsables directos en una empresa o negocio.
En nuestro país, en la inmensa mayorías de sus municipios y distritos muy pocos están llevando contabilidad real organizada, conformándose básicamente con que “les resuelvan sus problemas fiscales”. El Instituto Técnico Tributario Nacional sería una buena alternativa a esa situación que estamos señalando.